Día 18 : Shigatse – Consejos para el mal de altura Tíbet – Lhasa
Hoy es nuestro último día completo de este viaje al Tíbet y toca desplazarnos de Shigatse a Lhasa, después de estos últimos dos días en el Campamento Base del Everest, en un trayecto de 6 horas para cubrir 270 kilómetros y es que como nos ha pasado en todos los trayectos de la ruta por Tíbet en coche, pese a que las carreteras están en sí están en muy buen estado, los controles de velocidad son extremadamente duros, haciendo que se deban recorrer por ejemplo 38 kilómetros en 75 minutos, algo que si no cumples, implica retirada de puntos más la multa correspondiente.
Ruta del día de hoy, de Shigatse a Lhasa
En el trayecto de hoy tenemos uno de los controles más duros de Tíbet en este aspecto, así que salimos de Shigatse después de desayunar en el Shigatse Hotel, cuando son las 8 de la mañana, rodeados esta vez de paisajes con mucha más vegetación que los recorridos en días anteriores, que eran mucho más áridos.
Después de un par de paradas para estirar las piernas y largas conversaciones con Pasang, llegamos a Lhasa a las 14:30 de la tarde, pasando por la estación de tren, para después cruzar por el puente desde donde se tienen unas vistas espectaculares del Palacio del Potala, las primeras que vimos cuando llegamos después de disfrutar del Tren de las Nubes durante 48 horas, con el que empezamos este increíble viaje a Tíbet. ¿Será esta otra de las muchas señales que nos está dejando este viaje?
Ya en el centro de Lhasa, lo primero que haceos es acercarnos directamente a la oficina de Sichuan Airlines, con quién volaremos mañana de Lhasa a Chengdu, para confirmar los vuelos y además, desde nuestro móvil, confirmar y hacer el check in desde la aplicación de KLM para mañana, ya que nuestro vuelo desde Chengdu, donde haremos una escala de poco más de tres horas, volaremos a Ámsterdam y después a Barcelona de nuevo con KLM, como hicimos para viajar al Tíbet en el vuelo desde Barcelona.

Con todo el tema de los vuelos confirmados, Pasang y Tre nos llevan hasta el Tashitakge Hotel Lhasa, donde nos alojamos todos los días que estuvimos en Lhasa al principio del viaje y donde volvemos para pasar esta última noche en la ciudad.
Después de hacer el check in y dejar las mochilas nos vamos directamente a comer y como no podía ser de otra forma, después de la sobremesa aprovechamos para disfrutar y empaparnos de la zona de Barkhor en estas últimas horas en la ciudad.


Si darnos cuenta y sin mirar el reloj durante toda la tarde, cuando nuestro cuerpo empieza a pedirnos un descanso, decidimos que ha llegado el momento de despedirnos de Lhasa, decidiendo antes de esta despedida recorrer por última vez el kora de Barkhor, una de las experiencias más increíbles y más maravillosas que hemos tenido en nuestros viajes y que por muchas veces que la repitas, siempre, será distinta.

Consejos para el mal de altura en Tíbet
No queremos finalizar este artículo sin darte algunos consejos sobre el mal de altura en Tíbet, uno de los factores que creemos, más se deben tener en cuenta en un viaje como este, en el que todo el viaje transcurre por encima de los 3500 metros de altitud.
Aunque estos consejos no signifiquen que no debas consultar con un médico, es más, siempre recomendamos hacerlo, ya sea para resolver cualquier duda sobre vacunación, mal de altura o cualquier tema médico, ya que son los profesionales los que realmente podrán darte una respuesta completa y sobre todo, sabiendo de qué hablan.
Por tanto, estos consejos son extraídos de nuestra propia experiencia y las recomendaciones que nos dieron a nosotros, sin que por ello, sean válidos para todos los viajeros.
Los síntomas más frecuentes del mal de altura son vómitos, dolor de cabeza, dolor de estómago y/o fatiga, síntomas que conviene observar para poder actuar en consecuencia.
– Después de visitar el Centro de Salud Internacional, nuestro médico nos aconsejó, como para las otras ocasiones en las que hemos estado en destinos a alturas superiores a los 3000 metros, que tomásemos Edemox.
Es un medicamento que, sin ser específico para el mal de altura, palia los efectos de éste. Debe tomarse dos veces al día, una pastilla cada 12 horas, empezando dos días antes de llegar a altura máxima y seguir dos días después de abandonar esa altura.
Esta es la pauta general, aunque en nuestro caso, al tener un itinerario en el que la altitud era considerable en muchos puntos, nos recomendó hacer 2 tandas de medicación: una antes de llegar a Lhasa, que empezaríamos a tomar en el tren de Shanghái a Lhasa y otra que empezaría 2 días antes de llegar al Campamento Base del Everest, el punto en el que estaríamos a mayor altitud, durmiendo a 5200 metros sobre el nivel del mar.
– Otro de los consejos para el mal de altura en Tíbet que nos dio nuestro médico fue tomar glucosa y cafeína, durante los días del viaje, ya que estos dos componentes palian también los síntomas del mal de altura. Para esto compramos pastillas de Biodramina con cafeína y pastillas de Glucosa para deportistas.
Nos dieron una pauta de tomar una cada 6/8 horas. Al estar tomando ya Edemox, preferimos bajar un poco la dosis, tomándolas únicamente los días que íbamos a estar sobre los 4500 metros y con una pauta de 1 pastilla cada 12 horas.
– Resulta conveniente llevar en el botiquín, además de tu medicación habitual, si es que la tomas y la medicación que te haya recomendado tu médico para el mal de altura, ibuprofeno para el dolor de cabeza.
Como ya hemos comentado, queremos recalcar que estas recomendaciones son médicas, por lo que te aconsejamos que antes de comprar o tomar nada hables con un médico, ya que según tu historial médico, estas recomendaciones pueden ser más o menos válidas.
Seguro de viaje al Tíbet
Además de todo lo comentado, si hay algo de lo que no debes olvidar es el seguro de viaje.
Nosotros hemos viajado al Tíbet asegurados con Mondo, una correduría con la que hemos llevado un seguro totalmente adecuado a las necesidades que íbamos a tener.
En este viaje al Tíbet hemos estado por encima de los 3000 metros durante todo el viaje, tal y como nos pasó en Perú en el Valle del Colca y en Chile en el Desierto de Atacama, esto nos obligaba a viajar con un seguro extra si queríamos estar tranquilos y que el seguro que cubriese por encima de los 3000 metros.
Este aspecto es algo que inicialmente no habíamos tenido en cuenta hasta que Mondo nos lo hizo saber. Suerte de eso, sino no hubiésemos estado cubiertos en ningún caso, ya que los seguros normales no cubren por encima de los 3000 metros.
– Beber mínimo 3 litros de agua al día, esto hará que estemos hidratados y por lo tanto, tengamos menos síntomas de mal de altura.
– No comer comida copiosa durante los primeros días de adaptación. Es recomendable comer hidratos, ya que son de digestión lenta y por lo tanto mejor para el organismo en estas circunstancias.
– Otro de los consejos para el mal de altura en Tíbet es no beber alcohol, sobre todo los primeros días, en los que el cuerpo está en plena adaptación.
– No es conveniente hacer esfuerzos innecesarios. Esa foto que tanto te gusta saltando frente a un paisaje espectacular, mejor déjala para cuando estés totalmente adaptado a la altitud.
– En relación a lo anterior, lo mejor es moverse con tranquilidad, andar despacio y no correr. Aunque no te encuentres mal y no lo parezca, cuando estamos por encima de los 2700 metros, el oxígeno es mucho menor, por lo tanto, tu cuerpo necesitará hacer mucho más esfuerzo para cualquier actividad. Lo mejor es tomárselo con calma.

– Llevar la ropa adecuada. Aunque esto parece que no tenga nada que ver con el mal de altura, está muy relacionado. Hay que pensar que en el Tíbet hay bastante diferencia de temperaturas de unas zonas a otras e incluso en el mismo lugar, las temperaturas varían varios grados entre el día y la noche. Resfriarse en el Tíbet no es lo mismo que hacerlo en otro lugar, ya que hay que añadir los probables síntomas del mal de altura a los provocados por el resfriado. Merece la pena cuidarse.
– Aunque esto no es algo imprescindible, si que creemos que te puede ayudar en caso necesario. Además de ser un buen apoyo psicológico, al saber que lo llevas y poder viajar más tranquilo. Nos referimos al oxígeno. Hay tres opciones. En nuestro caso llevamos tanque de oxígeno y botella, sin tener que utilizar ninguna de las dos, pero que sabiendo que las teníamos, la verdad es que nos ayudaron a viajar más tranquilos.
– Oxígeno de farmacia. Lo compramos en una farmacia en Lhasa. Son unos pequeños botes, que sirven para inhalar varias veces. Por lo que nos explicaron, tanto en la farmacia, como el médico antes de irnos, se puede utilizar en casos en los que te encuentres mal, aunque no es para nada recomendable hacerlo en muchas ocasiones o como adaptación, ya que tu cuerpo se habituará a estas dosis de oxígeno y cuando dejes de tomarlo, se encontrará mucho peor.

– Botella de oxígeno. Esto tienes que hablarlo con la agencia con la que hayas organizado el viaje. Sería necesario sobre todo para los puntos más altos del viaje como el Lago Namtso, los pasos de montaña o si vas al Campo Base del Everest, donde se duerme a más de 5200 metros sobre el nivel del mar.

– Oxígeno en el Tren de las Nubes. El tren que llega hasta el Tíbet va equipado con salidas de oxígeno, tanto en los compartimentos, únicamente en primera clase (litera blanda), como en los pasillos en el resto de clases. Si te encuentras mal solo tienes que llamar a alguien del personal para que te facilite los tubos que se ponen en la nariz y así poder tener tu dosis de oxígeno. Nosotros no lo necesitamos, pero vimos bastantes viajeros que lo necesitaron, sobre todo a partir del momento en el que superamos los 3000 metros de altitud.
– No obsesionarse con la altura. Esto es algo mucho más importante de lo que pueda parecer inicialmente y es que el factor psicológico es mucho más traicionero que el cuerpo en muchas ocasiones. Lo mejor es no pensar en cada momento a qué altitud estamos y estar todo el rato pendiente de las reacciones del cuerpo. Por supuesto es importante que estén atento, pero no obsesionado.
En nuestro caso, este es el único de los consejos para el mal de altura en el Tíbet que no seguimos al pie de la letra y es que al principio utilizamos mucho una aplicación que nos indicaba la altura a la que estábamos en cada momento.
En mi caso (Vanessa), llegó un momento en el que iba más atenta a la altitud que a la experiencia, así que decidí no volver a utilizarla y así no estar tan pendiente a mi cuerpo según a qué altura estuviésemos en cada momento.

– En conveniente reservar el primer día del viaje completo en Lhasa para adaptarse. Lo idóneo sería no tener planificada ninguna visita ese día y descansar o pasear sin hacer mucho esfuerzo, siempre adaptándose a la altura.
– Dejar las excursiones al Lago Namtso, por ejemplo, para los últimos días de estancia en Tíbet, ya que para llegar allí hay que pasar un puerto a más de 5000 metros y el propio lago está a 4700 metros de altitud sobre el mar.

Y lo más importante, cuando los síntomas del mal de altura no remiten y cada vez más graves, incluso estando en reposo, hay que ir al hospital o llamar al seguro para que te visite un médico lo antes posible, para evitar problemas más graves. No hay que asustarse, pero el mal de altura no es ninguna tontería y en los casos más graves, puede provocar la muerte.
Contar con un buen seguro de viaje y viajar con una agencia de confianza y especializada, es una apuesta segura en este caso.
Recuerda que cualquier viajero extranjero que quiera viajar al Tíbet debe hacerlo a través de una agencia (ES IMPOSIBLE VIAJAR AL TÍBET POR LIBRE), ya sea agregándose a un grupo o de forma privada y tener, antes de entrar en Tíbet, una ruta fija, que la agencia habrá presentado y deberá estar aprobada por las autoridades chinas.
Para obtener el visado y todos los permisos, es necesario que este itinerario esté aprobado por las autoridades. Además no es posible modificar el itinerario sobre la marcha, algo muy importante a tener en cuenta, ya que te obligará a tener claro qué quieres visitar desde el primer momento, ya que en base a eso, la agencia gestionará los permisos.
En nuestro caso hemos viajado con The China Guide, quien nos gestionó todos los permisos después de diseñar juntos un itinerario personalizado, con guía en español y que nos ha llevado a disfrutar como nunca hubiésemos imaginado de este lugar tan mágico.
Marian dice
Hola.
Es un viaje increible qué a mi me apetece hacer.
Vane y Roger dice
Hola Marian,
Es uno de los destinos más increíbles que hemos tenido la suerte de conocer. ¡Es increíble! Saludos
Andrés dice
Hola, subir al Everest es algo que siempre lo había soñado , no a la cima ya que se necesita experiencia y entrenamiento , pero después de leer vuestro post me acaba de ilusionar la opción de acercarme al campamento base. Pero la duda que tengo es si vuestro viaje es asequible para todo el mundo con ganas de viajar ? Cuanto salió el viaje ? El itinerario es fantástico , os quedó algo por visitar?
Voy a contactar con vuestros guías he intentarlo para el año que viene .
No dejéis de colgar post . Gracias
Vane y Roger dice
Hola Andrés,
La verdad es que no es un viaje precisamente económico, aunque el precio depende de muchos factores ya que por ejemplo, el precio de los vuelos es un factor importante, al igual que los días que quieras estar allí.
Te recomendamos que escribas a The China Guide, pasándole un itinerario de más o menos los días que quieras estar y los lugares que visitar para que te pasen un presupuesto personalizado o preguntes por alguno de los tours que tienen en su web.
Respecto a lugares que nos quedaron por visitar, sin duda muchos, pero los más «turísticos» e «importantes» de Tibet tuvimos la gran suerte de conocerlos en este viaje.
Saludos!!