Día 8 : Semuc Champey
Llueve. Ha estado toda la noche lloviendo. Eran las dos de la madrugada cuando escuchamos voces y petardos. ¿Petardos en plena naturaleza? Nos cuesta unos minutos recordar que es Fin de Año y hay huéspedes que lo están celebrando en el salón principal, mientras nosotros descansamos para estar frescos el primer día del año y visitar Semuc Champey, el lugar más bonito de Guatemala, según muchos.
Son las 6. Nos ha despertado el sonido del río Cahabón a nuestros pies y la luz que empieza a filtrarse a través de las ventanas de nuestro bungalow y que anoche nos negamos a cerrar, como siempre hacemos en los alojamientos de este tipo y es que no hay nada como despertar rodeado de la naturaleza.

Nuestra cabaña es una de las pocas que tiene vistas al río y por lo tanto no nos ve nadie aunque tengamos las ventanas abiertas, algo que aprovechamos para disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor antes de ponernos en marcha para empezar este primer día del año en Semuc Champey.
Pasan unos minutos de las 7 cuando salimos a nuestra pequeña terraza y vemos como poco a poco el día empieza a despejarse, junto con la niebla con la que habíamos amanecido, regalándonos un entorno único y maravilloso en el que estamos empezando este nuevo año, un año lleno de proyectos y sobretodo lleno de ganas de mantener la vida tal y como la hemos estado llevando este último año.

Siendo la hora que es y después de la fiesta de anoche, no hay mucha gente en el salón desayunando, únicamente los que tienen un tour contratado para visitar Semuc Champey o un transfer como el que nosotros tenemos contratado para ir mañana hacia Río Dulce, la que será nuestra siguiente parada en el viaje a Guatemala y Honduras.
Estando en el comedor, en sólo unos minutos, el cielo gris que nos acompaña, parece que por momentos va a dar paso a unos leves rayos de sol, aunque la alegría solo dura unos minutos, ya que en menos que canta un gallo, vuelve a cubrirse, momento que aprovechamos para desayunar un plato de panqueques buenísimos con café, por el que pagamos 28 quetzales por persona

Son las 9 de la mañana cuanod decidimos que después de este desayuno sin prisas, que ya necesitábamos más que el comer, pudiendo tomar el café tranquilamente charlando, cuando nos acercamos a la recepción del Portal de Semuc Champey, para ver un poco la situación de las pozas después de la tormenta de ayer y los consejos que nos dan para el acceso.
Consejos para visitar Semuc Champey
– Alojamiento Semuc Champey: Como comentamos ayer cuando vinimos de Flores a Semuc Champey, la mejor opción, según nuestra experiencia, por ubicación y por ahorro de tiempo, es alojarse en la zona de Semuc Champey.
Otra de las opciones es alojarse en Lanquín, el punto de acceso a las pozas que está a 9 kilómetros, pero hay que tener en cuenta que el trayecto únicamente se puede hacer en 4×4, que se tarda una hora aproximadamente y que el transporte no está incluido en el alojamiento y es de unos 10$ por trayecto, algo a valorar.
Nosotros nos hemos alojado en el Portal de Semuc Champey y tenemos que decir que la experiencia ha sido excepcional.
– Desde el Portal de Semuc Champey hay 4 minutos andando hasta la puerta de las Pozas de Semuc Champey, lugar en el que se encuentran las pozas propiamente dichas y el mirador, desde donde se tienen las vistas que todos hemos visto en algún momento cuando hemos buscado información de este lugar.
– El precio de la entrada a Semuc Champey es de 50 quetzales por persona que te dan acceso a las pozas y al mirador.
– Una vez en el recinto tienes dos posibilidades: ir directamente a las pozas en un camino de 10 minutos o subir al mirador en un camino de unos 40 minutos más otros 30-40 de bajada que te llevan directamente a la zona de las pozas que después puedes ir recorriendo a través del agua (nadando y deslizándote entre una y otra) o a través de un sendero que las recorre de manera paralela.
– En muy aconsejable llevar botas de montaña para subir al mirador, sobretodo cuando llueve, ya que los caminos son prácticamente impracticables, resbaladizos y no demasiado seguros.
En varios tramos veréis que hay cuerdas a las que ir agarrándose para evitar caídas. Si bien el ascenso y descenso se puede hacer sin problema, si vas tranquilo, hay algunos tramos que si sufres vértigo, son un poco complicadillos.
– En el recorrido al mirador encontrarás locales que venden refrescos, agua, 10 quetzales la pequeña, fruta y snacks. Los precios son bastante ajustados, contando que cada día tienen que llegar allí para venderlos a los turistas. Queda a decisión propia llevar las bebidas desde el hotel o comprarlas directamente en el camino.
– Otra de las cosas que no podéis olvidar es el bañador y toalla para disfrutar de las pozas.
– Justo en la entrada a las pozas tenéis la posibilidad de dejar vuestras pertenencias en taquillas cerradas con llave. Justo enfrente también hay servicio de duchas y baños.
– Nuestro consejo es que subáis a primera hora de la mañana, antes de que el sol empiece a subir, ya que el camino con el sol alto, puede resultar agotador. De igual forma, nos encontramos con mucha gente que iba primero a las pozas a bañarse y después al mirador. Según nuestra experiencia lo mejor es hacerlo al contrario: primero ir al mirador a primera hora de la mañana y después bajar directamente a las pozas, para acabar la visita disfrutando de un buen baño.
Después del baño se puede seguir el curso del río
La mejor opción es subir primero al mirador, después bajar por el lado contrario, ir a las pozas y desde aquí seguir el sendero paralelo al río Cahabón hasta llegar a la entrada de Semuc Champey, viendo al final la cueva en la que el río se esconde
Salimos del Portal de Semuc Champey, girando a la derecha y encontrándonos con varios locales en los que poder comprar o comer algo, que a estas horas de la mañana ya empiezan con sus actividades.

No tardamos más de 5 minutos en llegar a la entrada, donde pagamos 50 quetzales por persona, con los que nos dan acceso a Semuc Champey, el lugar más bello de Guatemala, según nos han contado muchos de los locales con los que hemos hablado.
Como comentábamos anteriormente en los consejos para visitar Semuc Champey, nosotros optamos por la opción de visitar primero el mirador y bajar después a las pozas, para poder aprovechar más la mañana y tomarnos la tarde de relax, algo que no vamos a negar que nos apetece y mucho.

No nos hacen falta más de 2 minutos de caminata para darnos cuenta que el camino no es precisamente sencillo y menos justamente hoy, en el que la lluvia ha estado presente toda la noche y ha hecho que los caminos estén prácticamente impracticables, ya que el barro inunda casi todos los rincones.


En algunos de los tramos incluso hay cuerdas a las que puedes ir agarrándote para evitar tropezones o resbalones. Ya os podéis imaginar como están también las cuerdas después de la lluvia y es que no hay rincón que no tenga alguna muestra de agua.

Hacemos la subida al mirador de Semuc Champey en unos 45 minutos, con parada incluida para comprar un agua grande, ya que la que traíamos nos la hemos fundido en el primer tramo de la subida, cuando llegamos a la plataforma del mirador, desde donde, cuando nos asomamos, tenemos frente a nosotros una de las bellezas de la naturaleza más impresionantes que hemos visto nunca.



Sin duda merece la pena el haber llegado hasta aquí, por mucho que nos haya costado. Esto es una maravilla!
Disfrutamos de esta zona prácticamente solos durante más de 45 minutos, en los que nos empapamos de este impresionante espectáculo de la naturaleza, haciendo fotografías desde todos los ángulos posibles, sobretodo cuando el sol empieza a iluminar las pozas y hacen todavía más increíbles las vistas que tenemos.


Son prácticamente las 11 de la mañana cuando empiezan a llegar algunas parejas al mirador y decidimos que ha llegado el momento de empezar el descenso, que se hace por el lado contrario al del ascenso.
Ya os podéis imaginar que si el ascenso ha sido duro por el agua, el descenso no ha sido menos, ya que unir agua+piedra+vegetación+barro no podemos decir que sea muy buena idea y más si tienes vértigo como me pasa a mi (Vanessa), que he tenido que ir prácticamente colgada del cuello de Roger durante los 40 minutos de bajada.
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En la última parte del descenso nos encontramos con unas plataformas de madera, que hacen de camino hasta llegar a la zona de las pozas y descubrir, esta vez de cerca, el principal motivo para llegar a Semuc Champey.

Nada más llegar a esta zona, toca lavar un poco las botas y es que con el barro que llevamos, meternos en las pozas con ellas, no es precisamente lo mejor.

Después de la experiencia en el mirador de Semuc Champey no nos queda otra cosa que dejar nuestras mochilas en un rincón y irnos a disfrutar como niños de un agua tan turquesa como no hubiésemos imaginado, aún viéndola en fotos.

¿Hace falta un guía para visitar Semuc Champey?
Esta era una de las preguntas que nos habíamos hecho antes de llegar aquí y la verdad es que, tal y como nos había dicho Enrique, el conductor que nos acompañó los primeros días del viaje, esta es una zona que se puede visitar perfectamente por libre y más contando que las explicaciones, no son demasiadas.
Los senderos están perfectamente señalizados y no hay pérdida, por lo que podéis acceder perfectamente por libre a Semuc Champey
Semuc Champey es famoso por la zona del río Cahabón de prácticamente 300 metros, en la que se forman diferentes pozas escalonadas, de piedra caliza, en las que se puede nadar o bañarse, ya que siempre están repletas del agua del río.

Si a la perfección de las pozas le añadimos los innumerables tonos de azules y verdes que parecen competir entre ellos, ya os podéis imaginar el motivo de conocerse Semuc Champey como el lugar más bonito de Guatemala.


Una vez llegas a la poza más baja, hay una cuerda, por la que puedes descender hasta el río propiamente dicho, donde el agua brota con muchísima más fuerza.

Si bien tenemos que decir que no hay mucha gente en Semuc Champey, imaginamos que por lo que se tarda en llegar al lugar y también por ser día 1 de enero, hemos estado muy tranquilos hasta que han llegado un grupo de italianos que han puesto «patas arriba» el lugar con sus chillidos y viendo que la cosa iba para largo, hemos optado por empezar a despedirnos del lugar, recorriendo el sendero paralelo a las pozas, desde donde se siguen teniendo unas perspectivas únicas del lugar.

En menos de 10 minutos recorriendo este sendero con unas vistas impresionantes, llegamos de nuevo a las taquillas, donde a estas horas del mediodía, nos encontramos con que hay una buena cola para entrar.
No tardamos más de 5 minutos en llegar al Portal de Semuc Champey, cuando empieza a descargar una tormenta, que nos hace pensar en la gente que en estos momentos está en el mirador y tiene que bajar o subir. A parte de volver a confirmar la gran suerte que tenemos siempre con el tiempo en nuestros viajes.

Después de una ducha más que reparadora y necesaria después de la sesión de barro que nos hemos dado esta mañana, nos vamos a la zona del salón para aprovechar a descargar las fotos que hemos hecho, leer y como no, ver la vida pasar ante un paisaje espectacular, disfrutando del relax y del sonido de la naturaleza, que ahora, después de la tormenta, parece estar más viva que nunca.

Son las 3 cuando pedimos una tortilla de patata con ensalada y carne con guarnición, más cerveza, coca cola y dos cafés por 130 quetzales, que nos saben a gloria y es que la tortilla está prácticamente como las que hacen nuestras madres. Tanto que no nos queda más remedio que felicitar a la cocinera, que se muestra más que agradecida cuando el chico de la recepción la hace salir para recibir la felicitación personalmente.

Son casi las 5 de la tarde cuando después de unas interesantes charlas sobre viajes, con algunos huéspedes, nos retiramos a nuestra cabaña para descansar un rato para después a las 6 salir a dar una vuelta por los alrededores del hotel, donde hay unas vistas preciosas desde un puente cercano donde por cierto, algún día habrá un accidente, ya que las planchas de madera se mueven más que un flan cuando pasamos por encima, así que os podéis imaginar lo que pasa cuando pasan los 4×4 por encima.


Después de este paseo por los alrededores del hotel, que nos lleva poco más de media hora, volvemos al hotel donde después de otra charla frente a un café con un chico que conocimos en el traslado desde Lanquín al Portal en la que charlamos sobre viajes y sobre México, donde está ahora viviendo, llegamos a la conclusión que siendo ya casi las 9 de la noche toca cenar, esta vez un par de sandwich con cerveza y coca cola por 81 quetzales que pagamos junto a los 150 quetzales por persona del traslado de Lanquín a Rio Dulce para mañana, que hemos gestionado directamente con el hotel, ya que el precio vimos que era más que ajustado, contando el número de horas que nos iba a llevar.
Son más de las 11 de la noche cuando volvemos a nuestra cabaña, dispuestos a descansar para enfrentarnos mañana a la última parte del viaje a Guatemala, Río Dulce.
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Angela dice
Hola, cuál es la forma más fácil de llegar a Semuc Champey o Lanquín desde Antigua? en avión o en carro?
Gracias!
Vane y Roger dice
Hola Ángela,
Nosotros fuimos en transporte compartido y la verdad es que genial. El aeropuerto más cercano (a 6 horas en coche) es el de Ciudad de Guatemala por lo que no puedes volar desde Antigua. Saludos
Raquel dice
Hola chicos,
Hemos leído en varios sitios, que en el Portal de Semuc Champey, solo hay luz de 18 a 22-23h. Es cierto? Pero qué en las habitaciones no hay enchufes. Es verdad?
Gracias ??
Vane y Roger dice
Hola Raquel,
Nosotros nos alojamos en cabañas privadas y tuvimos luz y enchufes disponibles las 24 horas del día. Lo único que no tuvimos fue wifi ninguno de los días 😉
Saludos