Empieza el frío y con él unas ganas irrefrenables de irnos a algún lugar en el que haga frío y nieve al ser posible, todos los días.
Desde hace algunos años ha coincidido esta época con algún viaje que habíamos programado, en el que hemos podido disfrutar de la magia que da este tiempo a algunos paisajes.
Sí que es verdad que quizás no sea el mejor momento para coger la maleta y irse a la aventura, pero sin duda, hay muchas más cosas positivas que negativas cuando empieza la necesidad de ponerse los guantes y la bufanda para no helarse de frío.
Podemos disfrutar de unos paisajes inmensos, fotogénicos y muy agradables, por los que pasear al abrigo de la luz cálida que dan los días soleados.
Como las horas de luz disminuyen, podemos aprovechar para desempolvar esos hobbies que muchas veces no practicamos por falta de tiempo y que en estas fechas vuelven a acompañarnos.
Una de las cosas que más nos gustan y intentamos hacer cada año, es hacer alguna escapada para pasar unos días esquiando y disfrutando del ambiente que envuelve a este deporte.
Este año ya estamos programando nuestra escapada a Sierra Nevada deseando que pasen rápido los días y llegue el momento de ponernos en camino y poder esquiar en invierno.
Aunque llegue el invierno y el frío, nosotros nunca dejamos de “movernos”… es la mejor manera de pasar estos meses blancos que nos ofrecen grandes experiencias.

Luces y sombras en Glossglockner. Austria.
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