Día 10 : ÁREA DE CONSERVACIÓN DEL NGORONGORO – ARUSHA
Hoy es el último día de safari en África, esto por una parte nos da lástima, pero por otra nos ánima, ya que mañana partimos hacía Zanzíbar, otra de las grandes perlas del viaje, pero antes tenemos una mañana de los más completa con un safari en el cráter del Ngorongoro, uno de los lugares que ver en Tanzania más bonitos.
Desayunamos en el Lodge y sin mucha premura, nos vamos a la entrada del cráter de Ngorongoro, donde nos esperan los 4×4 con los que realizaremos el safari hoy.
Nos dicen que hagamos grupos de 4 o 5 personas y nos vamos colocando en cada 4×4, una nueva experiencia en este viaje ya que hasta ahora todos los safaris habían sido en camión.
De camino al cráter del Ngorongoro volvemos a hacer un trozo del camino de ayer hasta el lodge en el que nos alojamos.
Nos adaptamos al 4×4 y aunque nos gusta más el camión, la experiencia por unas horas es muy buena.
Con el 4×4 tenemos menos facilidad de movimiento y según que animales se ven mejor desde la altura del camión.
Vamos bajando por la carretera de acceso al Área de Conservación del Ngorongoro y empezamos a hacernos una idea de lo que nos espera.
Vamos como niños con zapatos nuevos. Es nuestro último safari en África y tenemos muchas expectativas puestas en este día.
Hacemos una primera parada a la entrada, para ir al baño y después de 15 minutos nos ponemos en camino.
Cada vez que queremos parar, podemos avisar al conductor y nos para sin problemas.
Una vez que hemos visto el paisaje, el animal o lo que sea, le volvemos a avisar y vuelve a ponerse en marcha.
A medida que vamos avanzando nos vamos mirando unos a otros, sólo vemos alguna cebra de vez en cuando y algún ñu, nada más.
Todos tenemos en la cabeza que el cráter de Ngorongoro es una especie de Arca de Noé y no vemos demasiada fauna, algo que nos tiene un poco desconcertados.
El paisaje es espectacular, pero no vemos más animales que a nosotros.

Cráter del Ngorongoro
Empezamos a animarnos cuando vemos los primeros chacales, que no habíamos visto en todo el viaje. Esto empieza a animarse.
Paramos al lado de una pequeña “charca”, donde de lejos, vemos algunos hipopótamos.

Cráter del Ngorongoro
Tenemos la suerte de ver de cerca una manada de ñus y cebras que van corriendo atravesando la carretera.

Cráter del Ngorongoro
Es lo más parecido a la migración que veremos, así que nos ponemos manos a la obra con las cámaras.

Cráter del Ngorongoro

Cráter del Ngorongoro en Tanzania
Llevamos unas horas de safari en el Ngorongoro y hacemos una parada para picar algo, justo al lado de un lago.

Cráter del Ngorongoro
Allí vemos unos pájaros enormes que nos avisan que se tiran en picado, para quitar la comida de las manos.

Cráter del Ngorongoro
Allí estamos una media hora, donde descansamos y estiramos un poco las piernas antes de volver a los 4×4 con la esperanza de ver algunos animales más antes de irnos y dicho y hecho: al cabo de nada, vemos en el margen de la carretera un león y una leona, llenos de barro.
Están a menos de un metro del 4×4 y nos volvemos locos.

Cráter del Ngorongoro
No hemos tenido en todo el viaje a ningún león tan cerca.
Desde el 4×4 los tenemos más cerca que desde el camión, que con la altura, parece que están un poco más lejos.
El león va buscando la sombra entre los 4×4 que se van acercando, así que tenemos la gran suerte de tomar instantáneas realmente espectaculares.
Pero lo mejor es la sensación que nos llevamos de haber visto esa maravilla tan cerca.
En un momento vemos que se empieza a acercar a nuestro 4×4, los chicos tienen el tiempo justo de meter las cámaras y cerrar las ventanillas con la cara medio descompuesta. Les ha pasado a escasos centímetros.

Cráter del Ngorongoro
Después de esto, deciden que es el momento de empezar a salir del parque del Ngorongoro, ya que tenemos un permiso de sólo 24 horas, pero cuenta desde que entramos en el área de conservación (que fue ayer después de comer).
Así que toca despedirnos del último safari de nuestro viaje a Kenia y Tanzania.
Vamos subiendo por el camino de salida, volviéndonos, para que la imagen se nos quede siempre en la memoria.
La imagen del cráter de Ngorongoro es espectacular.
Al llegar a la cima, volvemos a parar, para hacer algunas fotos más, desde una buena perspectiva. Nos despedimos de los safaris en África.

Cráter del Ngorongoro
Nos dicen que tenemos unos 30 minutos de camino, hasta llegar a un pueblo, donde comeremos en una especie de restaurante y nos espera el camión, para llevarnos a Arusha.
Cuando llegamos tenemos la comida preparada, pero hoy no comemos al aire libre, como estamos acostumbrados, nos dejan utilizar el restaurante, donde consumimos las bebidas.
Allí descansamos un rato y volvemos a ponernos en marcha, rumbo a Arusha.
El trayecto no se hace muy largo, ya que vamos en todo momento inmersos en el paisaje de África .
Vemos los primeros y últimos baobabs del viaje y nos quedamos con las ganas de bajarnos a verlos más de cerca. Tendremos que dejarlo para otra ocasión, porqué está clarísimo que volveremos a África.
Pasamos por la entrada del Lago Manyara, que vemos de lejos y nos quedamos con las ganas de haber tenido un día más para poderlo visitar. Es una pena estar tan cerca de algo y no poder verlo.
Sobre las 7 llegamos a la entrada de Arusha. El guía nos explica un poco sobre la ciudad y vemos que sólo tiene 2 calles asfaltadas.
Qué diferencia a las ciudades a las que estamos acostumbrados en España.
Una vez dentro de la ciudad, el tráfico se hace un poco más denso y podemos aprovechar a ir observando con más atención los detalles de la gente, los comercios…
Tardamos algo menos de una hora en cruzar la ciudad y llegar a nuestro hotel, que está a las afueras de Arusha.
Una vez allí, algunos aprovechan la piscina y otros nos vamos a dar una ducha antes de cenar en el restaurante del hotel.
Las habitaciones están bastante bien y están limpias. La verdad es que a estas alturas, con tal de descansar, nos vale cualquier cosa.
Hoy estamos rendidos, así que después de cenar, estamos un rato charlando y decidimos qué cantidad de propina daremos al staff que nos ha acompañado durante todo el viaje.
Mañana tenemos que despedirnos de ellos.
Nos vamos a la cama con la sensación de que esta noche se acaba una parte del viaje a África, pero empieza la siguiente…
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