Día 1 : BARCELONA – GINEBRA
Son las 7.30 de la mañana y ya estamos cada uno frente a un ordenador trabajando. Hoy se presenta un día duro de trabajo que intentamos encarar con una sonrisa en los labios, no sólo por ser positivos, si no porque en unas horas tenemos un vuelo de Barcelona a Ginebra que será el inicio de nuestro viaje a Suiza.
A las dos de la tarde salimos del despacho con el firme propósito de hacer la maleta y nos damos cuenta que cada vez realizamos este gesto de manera más natural a la vez que le dedicamos menos tiempo.
No podríamos asegurarlo, pero creemos que no hemos tardado más de 10 minutos en tenerlas listas, contando que hemos tenido que dar varias vueltas hasta encontrar los adaptadores que habíamos olvidado en las mochilas que llevamos al viaje a Perú.
Con todo preparado comemos, hacemos una breve sobremesa y pocos minutos antes de las 5 de la tarde, cogemos el coche para poner camino al aeropuerto a coger nuestro vuelo de Barcelona a Ginebra.
Pocos minutos antes de llegar a la T2, que es la terminal desde la que tenemos nuestro vuelo de Barcelona a Ginebra, de Easy Jet, llamamos a uno de nuestros números preferidos los días de viaje, Aparca&Vola con los que hemos contratado el servicio premium, para que vengan a recoger el coche a la misma Terminal y nos faciliten así «la vida del viajero».
Cada vez más apuramos el tiempo, intuimos que esto será por la experiencia en los viajes, llegamos con el tiempo justo para comernos unos bocatas, pasar el control y llegar a nuestra puerta de embarque.
Justo cuando van a revisar nuestros billetes, me dicen que tengo que guardar el bolso en la maleta. Ya estamos como Ryanair. Y eso que creía que esto ya había desaparecido hace unos meses cuando esta compañía permitió llevar un pequeño bolso a parte de la maleta de mano, pues va a ser que aún quedan compañías que te hacen meter el bolso en la ya apretada maleta.
Con 15 minutos de retraso despega nuestro vuelo de Barcelona a Ginebra con el que empezamos este bueno viaje de verano.
El vuelo dura algo más de 1 hora y media que pasamos medio dormitando, hasta que anuncian que estamos llegando a Ginebra. Pero no empiezan las maniobras de aterrizaje y nos informan que no nos dan pista hasta 15 minutos más tarde, por lo que no aterrizamos hasta las 11 de la noche, con una lluvia que nos da la bienvenida a tierras suizas.
Una vez en tierra, anuncian que no tendremos la pasarela de acceso hasta dentro de 15 minutos más.
El tiempo realmente es lo de menos, lo malo es que la oficina de alquiler de coches Hertz, ponía que cerraba a las diez y media de la noche y ya son más de las once de la noche, así que no sabemos que vamos a encontrarnos una vez que localizamos la oficina.
Y para añadir una puntilla más, es nuestro hotel está en el lado francés de Ginebra, a unos 10 kilómetros de donde estamos y el servicio de shuttle sólo funciona hasta las 10.
Suiza nos ha dado una bienvenida lluviosa y tardía.
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Al final salimos del avión pasadas las 23.15 de la noche y no paramos ni siquiera a cambiar dinero, si no que nos vamos a la oficina de alquiler de coches de Hertz, que está al final del aeropuerto a mano izquierda y nos quedamos con la boca abierta cuando vemos que aún quedan varios chicos en las oficinas.
Así que vamos directos a Hertz, donde nos atiende un chico que en menos de 5 minutos nos hace un resumen perfecto del estado del coche de alquiler en Suiza y las características de la reserva. Recalcando que el coche es gasolina y no diésel.
Tenemos que agradecer que la oficina aguantase una hora más a cerrar y no nos cobrase ningún extra por ello, que es lo que indican en la letra pequeña del contrato. Estas son el tipo de cosas que te hacen elegir una compañía de alquiler frente a otra.
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Y ya con nuestras llaves en la mano, cogemos el shuttle que sale frente al aeropuerto y que nos lleva a un parking cubierto donde en la plaza 419 está nuestro acompañante estos días, un mini volkswagen con el que nos aseguramos un consumo bajo de gasolina y un parking en casi cualquier lugar.
Hacemos un repaso a todo el vehículo, comprobando que todo es perfecto mientras vemos que fuera sigue lloviendo.
Hay que hacer estas revisiones para evitar sorpresas al devolverlo. Es mejor tener claro lo que tiene el coche y evitar que en la devolución te digan que había un rallazo donde ya estaba en la recogida.
Ponemos nuestro GPS en marcha y con una lluvia algo más débil, nos vamos hasta el lado francés de Suiza, donde esta noche tenemos nuestro alojamiento, en el Park & Suites Elégance Genève-Ferney Voltaire.
Estamos entrando por la puerta del hotel a las 12 de la noche.
Estamos rendidos. Parece que ha parado de llover…
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