Día 2 : Centro histórico de Turín: Museo Egipcio, Puerta Palatina, Catedral de Turín, Mercado «El Balon», Vía Po, Ponte Vittorio Emanuele I, Mirador Monte dei Cappucini, Museo del Cine, La Mola
Después de volar ayer e ir del aeropuerto al centro de Turín, pasar el resto del día en una de las ciudades más bellas que hemos conocido en los últimos tiempos al hotel y acostarnos cuando eran más de las 11 de la noche, hoy acabamos levantándonos cuando son poco más de las 6:00 de la mañana, mirando, como primer instinto, la ventana y después la previsión del tiempo que nos confirman que como ayer, el día estará cubierto de niebla las primeras horas de la mañana, con previsión de claros y nubes a partir de mediodía.
Bajamos al salón de desayunos del Grand Hotel Sitea cuando son las 8:00 de la mañana, un poco más tarde de lo habitual, pero como dijimos ayer en cuando llegamos a Turín, hemos planteado este viaje como una mezcla de visitas y relax, así que esta mañana nos hemos tomado un rato para nosotros, sobre todo para desayunar con calma y disfrutar de la sobremesa con un segundo café, algo que no solemos hacer cuando estamos de viaje, ya que el tiempo en esas ocasiones en oro y los lugares que visitar muchos.
Salimos del Grand Hotel Sitea cuando son más o menos las 8:30 de la mañana y viendo que el día como preveíamos está bastante nublado y la neblina es parte del decorado, decidimos hacer un pequeño cambio de planes, visitando el Museo Egipcio ahora por la mañana, uno de los motivos por los que hemos hecho este viaje a Turín en 3 días para después hacer el resto de visitas, esperando que el día este un poco mejor y así disfrutar más de las vistas de la ciudad.
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Llegamos a un Museo Egipcio, uno de los lugares que ver en Turín en un día más interesantes, en poco menos de cinco minutos encontrándonos en la puerta cuando aún faltan unos minutos para la apertura, pero cuando ya hay bastante gente en la puerta esperando, además de un pequeño grupo organizado, algo que nos recuerda el motivo por el que siempre recomiendan llegar pronto a este tipo de lugares, sea la época que sea, si quieres visitarlos con tranquilidad.
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Museo Egipcio de Turín
Ubicado en Via Accademia delle Scienze 6 el Museo Egipcio de Turín es motivo más que suficiente para justificar un viaje a la ciudad, además de estar considerado como el segundo museo egipcio más importante del mundo, después de el que se ubica en El Cairo. La colección que podemos encontrar en sus salas está compuesta por más de 3000 piezas expuestas y más de 26000 que están a día de hoy aún guardadas en sus almacenes. Como puedes imaginar, si Egipto te trae de cabeza, esta visita es una de las que no puedes perderte en el centro histórico de Turín.
Horario:
– Martes a domingo de 9 a 18:30h // Viernes de 9 a 14h
Precios: 13 euros adultos (incluye audioguía). Entrada incluida si tienes la tarjeta Torino + Piemonte Card.
En el precio general de la entrada se incluye una audioguía, imprescindible si queremos entender un poco más de este lugar y sobre todo, si queremos conocer un poco más sobre las piezas que se exponen. Inicialmente puedes escoger entre un recorrido de una hora, que te llevará por las piezas más importantes u otro de dos horas, que es el recorrido más completo. Como consejo te podemos decir que nosotros escogimos la primera opción y tardamos casi dos horas y media en completar la visita, tomándonoslo con calma y escuchando todas las explicaciones, por lo que creemos que si no tienes mucho tiempo y quieres tener una idea general, la primera opción es más que suficiente.
Como comentábamos cuando llegamos al Museo Egipcio, aunque era primera hora de la mañana ya hemos encontrado gente en la puerta esperando, por lo que lo mejor, sobre todo en temporada alta, es venir un poco antes de la apertura y así estar de los primeros para poder acceder al museo nada más abrir y hacer el recorrido con tranquilidad.
Salimos del Museo Egipcio cuando son las 11:30 de la mañana decidiendo que vista la mejoría del tiempo, ha llegado el momento de acercarnos hasta el Mercado del Balón, otro de los símbolos de Turín que se celebra cada sábado. Aunque tenemos que decir que el más importante es el «Mercado del Gran Balon», que se celebra el segundo domingo del mes, en via Borgo Dora y en porta palazzo, donde podrás encontrar cualquier cosa que busques: desde antigüedades a gastronomía, pasando por ropa, muebles o juguetes.
Para llegar al Mercado del Balon tenemos que recorrer de nuevo Vía Roma, una de las arterias principales de la ciudad que a estas horas ya luce espectacular, con un cielo un poquito más soleado al que acompaña un ambiente bastante más animado, ya que además tenemos que tener en cuenta que es sábado y estamos en una época del año en la que mucha gente aprovecha el primer rayo de sol para disfrutar de las calles y la animación navideña.
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Aunque la idea era ir directos al Mercado del Balon, en Turín podemos decir que esto es prácticamente imposible y es que cualquier rincón o calle, llama tanto la atención que es imposible no dedicarle unos minutos de atención. Y así nos pasa que llegamos a la Plaza Castello donde se encuentra el Palacio Real y el Palacio Madama, dos de los lugares más visitados de Turín, que nosotros en esta ocasión no visitaremos pero de los que sí disfrutamos desde la plaza.
El Palazzo Madama es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad en el que destaca su fachada barroca y su fachada medieval, unidas en una misma estructura.
A estas horas del día esta zona, al igual que Via Roma, está muy animada, pero en vistas que el tiempo pasa rapidísimo, optamos por acercarnos hasta el Palacio Real y justo en su zona izquierda, atravesar un pequeño soportal que nos da paso directo a la Catedral de Turín, donde se encuentra la Sábana Santa, también conocida como el Sudario de Turín.
La entrada a la Catedral de Turín es gratuita y como podrás ver nada más entrar, la especie de sala donde se guarda la Sábana Santa se encuentra al lado del altar, a mano izquierda conforme entras. Tenemos que decir que para nosotros Turín es una ciudad que conocimos al relacionarla con la Sábana Santa hace ya muchos años y este era uno de los motivos por los que queríamos venir y conocer la ciudad y la verdad es que no hubiese estado nada mal coincidir con alguna de las ocasiones en las que el Papa decide llevar a cabo alguna de las llamadas ostensiones públicas, en las que se puede ver el santo sudario. No hemos tenido la suerte de poder hacerlo, aunque sí que hemos podido ver el ataúd en el que se encuentra, sellado a la luz y el aire y rodeado por un cristal blindado.
Pese a ser una catedral bastante normal, por decirlo de alguna manera, tenemos que decir que sí que sentimos nada más entrar, un ambiente que nos recuerda nuestra estancia en Jerusalén en el viaje que hicimos Israel y Palestina hace unos años. No podemos decir que nada de los que hemos leído o escuchado hoy, o en aquel viaje, sea verdad o mentira, y menos nosotros que no somos católicos, pero sí que es cierto que estando delante de la capilla de la Sábana Santa, notamos una energía difícil de explicar y que únicamente recordamos haber sentido en nuestro viaje a Israel y Palestina mientras recorríamos Jerusalén y visitábamos alguno de los sitios que se consideran santos en la ciudad.
Después de esta visita a la Catedral de Turín, volvemos a pasar por la Puerta Palatina, que es la puerta de acceso de la antigua ciudad romana, por donde pasamos ayer cuando ya había anochecido y por donde debemos pasar de nuevo para llegar al Mercado del Balon.
Desde aquí solo tenemos que andar unos 5 minutos para llegar al mercado, que tenemos que decir, esperábamos muchísimo más pequeño y menos atractivo de lo que estamos viendo a primera vista.
El Mercado del Balon, que como decíamos anteriormente se celebra todos los sábados y es diferente al del «Gran Balon», que se celebra el segundo domingo del mes, está dividido por zonas, como la de la parte de la fruta y las verduras, la parte de la comida, ropa, flores…de una manera muy intuitiva por lo que puedes dedicarte a pasear y observar la zona que más te apetezca sin temor a perderte o acabar en un entorno que no te guste. En nuestro caso nos hemos decantado por la zona de la comida, y la verdad es que tenemos que decir que nos quedamos con las ganas de poder cargar la maleta con todo tipo de alimentos, sobre todo quesos y embutidos típicos de Piamonte, que tienen una pinta estupenda y más en locales como estos en los que se ve que la calidad es de primera.
Después de perdernos entre los cientos de puestos que ocupan la calle durante casi una hora, nos acercamos al Cuadrilátero Romano, la zona más antigua de de Turín por donde paseamos durante más de una hora, enamorándonos (más si es posible), de esta preciosa ciudad.
Cuando nos damos cuenta son algo más de la 1 del mediodía, por lo que toca empezar a buscar un restaurante, pero después de dos intentos nos damos cuenta que la mayoría de restaurantes, al menos en el 80% de los que están recomendados en TripAdvidor, únicamente abren por la noche, algo a tener en cuenta sobre todo si queréis venir por esta zona y optáis por comer en alguno de ellos, para que no os pase lo que nos ha pasado a nosotros.
En nuestro caso, viendo la hora que es y sabiendo que después cenaremos bastante pronto, ya que empieza a anochecer sobre las 5:30 de la tarde, lo que obliga a a cenar un poquito antes, decidimos buscar algún sitio donde poder comer algo rápido y después ir a algún café histórico en el que tomar un buen café con un postre y hacer la sobremesa. para poder hacer un postre y tomarnos un café
Y así llegamos a Master Sandwich un local muy recomendado en Turín, donde dicen que hacen unos de los sándwiches más buenos de la ciudad.
Como no hay mucho sitio en el que sentarse, solo dos mesas en la pared, decidimos que lo mejor es coger un par de sándwich y acercarnos hasta la Piazza Castello que está justo al lado y disfrutar de la comida y las vistas de una de las plazas más animadas de la ciudad.
Después de darle varias vueltas a la carta acabamos pidiendo un Master Sandwich y un Bullo, más dos refrescos y dos postres por 11 euros, ya que cada menú cuesta 5,50 euros, un precio más que ajustado, sobre todo si tenemos en cuenta en la zona en la que estamos.
Después de comer y ya dispuestos a hacer una sobremesa con un buen café, nos acercamos hasta el Cafe Baratti e Milano, un verdadero espectáculo para los sentidos donde pedimos un capuchino, un café más dos pastas por 19 euros. Realmente no es especialmente barato, pero merece la pena hacer una excepción y pasar por aquí un rato y disfrutar del ambiente y los exquisitos dulces que sirven, sobre todo a esta hora de la tarde, que es el momento en el que más apetece hacer una parada como esta.
Son poco más de las tres de la tarde cuando salimos de nuevo a las calles de Turín, ahora ya dispuestos a acercarnos hasta el Mirador Monte dei Cappucini, desde donde se tienen una de las vistas más increíbles y mágicas de la ciudad. Para llegar aquí tenemos que coger Via Po, otra de las arterias de la ciudad, que a estas horas está igual de animada que el resto de la ciudad, hasta llegar al Puente Vittorio Emanuele I, otro de los lugares que no puedes perderte de la ciudad, no solo por las perspectivas que se tienen desde aquí del río Po, sino también por las vistas al Mirador Monte dei Cappucini desde el ángulo contrario al que veremos la ciudad dentro de unos minutos.
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Desde aquí solo tenemos que cruzar el puente, quedándonos a pocos metros de la Iglesia de la Gran Madre de Dio, que a estas horas está cerrada, y empezar a ascender, durante unos 15 minutos hasta llegar al Mirador Monte dei Cappucini, que está mucho más cerca de lo que inicialmente pueda parecer y es una visita imprescindible en cualquier recorrido en el centro histórico de Turín, ya que después de superar la primera curva, empiezas a disfrutar de las primeras vistas de Turín con la Mole, el principal símbolo arquitectónico de la ciudad de Turín.
Después de esta primera curva y los últimos metros, llegamos al Mirador Monte dei Cappucini propiamente dicho y es cuando verdaderamente comprendemos el motivo por el que nos decían que no podíamos perdernos, bajo ningún pretexto, esta visita. Las vistas desde aquí de Turín, con la Mole de fondo, que es dónde está ubicado el Museo del Cine, son simplemente espectaculares. Una de esas cosas ver y hacer en Turín que no puedes dejar de lado.
Lamentablemente en este recorrido por el centro histórico de Turín, lo que no vemos en son las montañas nevadas detrás de la Mole que estamos acostumbrados a ver en las típicas postales de Turín, aunque como siempre decimos, lo mejor es dejar algo pendiente para tener la excusa perfecta para volver, así que esta será nuestra excusa para volver a esta ciudad que nos ha enamorado desde que llegamos.
Estamos más de media hora disfrutando de las increíbles vistas de Turín y cuando son algo más de las 5:00 de la tarde y vemos que el cielo empieza a nublarse, por lo que no tiene mucho sentido esperar al atardecer, volvemos otra vez para la zona centro de Turín, con la firme idea de modificar de nuevo un poco el recorrido que teníamos para hoy, acercándonos hasta el Museo del Cine para así hacer tiempo hasta la hora de la cena.
Si no dispones de mucho tiempo puedes reservar el autobús turístico que para en las principales atracciones de la ciudad.
La idea inicial era visitar este museo mañana por la mañana, pero ya que estamos en la zona y viendo que el sol ya ha empezado a caer y prácticamente está anocheciendo, hemos preferido aprovechar para poder disfrutar del segundo museo que vamos a ver en el día de hoy en Turín, una ciudad más que conocida por la cantidad de museos que tiene.
Museo del Cine de Turín
Horarios:
Lunes, miércoles, jueves, viernes y domingo: de 9h a 20h
Sábado de 9h a 23h
Martes: cerrado
Precios: 10 euros por persona. Entrada incluida si tienes la tarjeta Torino + Piemonte Card.
Cuando llegas a la puerta gris del Museo del Cine de Turín verás que hay dos colas: la primera, en la calle principal es la que da acceso al ascensor panorámico del museo y a la terraza y la siguiente cola, que es la que está más al fondo en la puerta de la izquierda, es únicamente la entrada que da acceso al museo. En nuestro caso, contando que ya es de noche, la niebla ha vuelto a aparecer y que ya hemos disfrutado de unas vistas increíbles de la ciudad, decidimos por esta es nuestra opción, así que después de hacer una cola de unos 15 minutos accedemos a las taquillas, donde después de pagar 10 euros, nos adentramos en uno de los museos más increíbles que hemos visto nunca.
Seas o no un amante del cine, este museo es un imprescindible en el centro histórico de Turín, aunque sea únicamente para disfrutar del lugar en el que se ubica y de su sala principal, que es espectacular. Una vez accedes al museo propiamente dicho, tienes que subir a la segunda planta que es donde empiezan las salas en la que se cuenta la historia del cine, unas salas bastante interesantes, pero que compartimos con bastantes niños correteando y toqueteando todo, mientras los padres se dedican a charlar animadamente entre ellos, así que al ver que nos estamos poniendo un poco nerviosos, decidimos dar por finalizada la visita e ir directamente a la segunda planta que es donde realmente tenemos la impresión de estar en un lugar único.
Lo primero que vemos son dos pantallas gigantes en las que están proyectando varias películas y una especie de sillones en los que puedes tumbarte, como si fuese un cine, con el sonido directamente en la parte de la cabeza. No contaremos más para no quitar la sorpresa del lugar, pero como decíamos, merece y mucho la pena dedicar un par de horas a esta experiencia. Aquí estamos unos 20 minutos disfrutando del ambiente y sobre todo de la arquitectura de la Mole que antiguamente fue una sinagoga.
Después de este rato de descanso en esta zona del cine, subimos hasta lo que es la mitad de la cúpula desde donde vemos también el ascensor panorámico y después de estar más o menos 1 hora y media haciendo la visita en el Museo del Cine, volvemos a las calles de Turín, ahora ya para disfrutar de la noche y la iluminación, que dejan a la ciudad increíblemente bella a estas horas del día.
Después de dar una vuelta por algunas de las calles más emblemáticas de Turín cuando son más o menos las 8:00 de la tarde decidimos que es hora de ir a cenar y empezar a finalizar nuestro día. Después de barajar varias opciones y ver que muchas de ellas pasan por cenar grandes platos, acabamos en la Galería Subalpina, a estas horas increíblemente iluminada, en el restaurante Arcadio, un restaurante en el que únicamente encontramos sitio en la barra de sushi ya que el resto de todo el restaurante está completo, algo a tener en cuenta si queréis venir. Nosotros pedimos cuatro platos de diferentes rolls, un tartar de atún más agua y dos cafés por 61 euros, un precio que como nos ha pasado en el resto de comidas que hemos hecho en Turín, encontramos más que ajustado, contando lo que comemos y los lugares en los que lo hacemos.
Son más o menos las 9:30 cuando volvemos al Grand Hotel Sitea, necesitando con urgencia descansar, pero también increíblemente contentos por el recorrido que hemos hecho por el centro histórico de Turín, que nos ha permitido ver algunos de los luagres más emblemáticos de la ciudad.
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