Día 8 : Petra – Desierto de Wadi Rum
Hoy ya hemos empezado el día mal y quizás sea este el motivo por el que el resto del día ha salido medio torcido. Después de desayunar en el Hotel Petra Palace hemos estado esperando al taxista que contratamos ayer después de subir al Altar de los Sacrificios de Petra, durante casi media hora y ni rastro de él, así que hemos tenido que ir a buscar otro, casi corriendo para llegar a tiempo a Wadi Rum. Después de unos minutos al final nos ha dicho que por 28 dinares nos llevaba al desierto y es que hoy nos toca dormir en el desierto de Wadi Rum, uno de los enclaves más famosos de Jordania y una de las experiencias que más ganas teníamos de vivir en este viaje a Jordania por libre.
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Rodeados de unos paisajes increíbles hemos hecho el viaje desde Petra a Wadi Rum en una hora y 3 cuartos más o menos en los que el taxista no ha dejado de hablar por el móvil ni un solo segundo, algo que por lo que estamos viendo, es muy habitual aquí en Jordania.
Llegamos al Sunset Camp, propiedad de Mohamed, remarcado en la Lonely de Jordania como el mejor campamento de Wadi Rum y un sitio increíble para dormir en el desierto de Wadi Rum.
Después de este día, en este punto, tenemos que llevarle la contraria totalmente a esta guía, cuando la verdad es que siempre ha sido un referente en nuestros viajes.
Después de ofrecernos un té en su casa, le comentamos a Mohamed que para el día siguiente necesitaremos un taxi que nos lleve a Aqaba, nuestro siguiente destino del viaje y nos comenta que no hay ningún problema, que él lo llamará y que por 20 dinares nos llevarán hasta el hotel de Aqaba, en un trayecto unos 70 kilómetros más o menos.
Comentar que hacía 3 meses que teníamos contratado con ellos, por email a través de su web, un circuito privado de 7 horas de jeep, más dormir en su campamento en medio del desierto de Wadi Rum, por 50 dinares por persona.
Resulta que de privado poquito, por no decir nada, ya que cuando nos damos cuenta estamos en un 4×4 con 4 personas más.
Por no discutir y intentando pasar el día en Wadi Rum lo mejor posible pasamos un poco del tema y no decimos nada.
Después de unos minutos, paramos en un local donde el conductor nos dice que cojamos comida en la tienda, que es también de Mohamed para el mediodía y que la cena y el desayuno nos la harán directamente en el campamento. Sólo tenemos que pagar las bebidas.
Hecho esto pasamos a montarnos en un nuevo 4×4. Cristal delantero roto, ningún cristal interior se puede subir, la manivela está rota y sólo queda un pequeño trocito de metal, retrovisores rotos. Detalles que se podrían obviar, si no fuese porqué el jeep que inicialmente era privado para 2, realmente es para 4 personas y vamos 6. Así que estamos como las sardinas en lata que hemos cogido para comer.
Pero como comentábamos anteriormente, intentamos tomarnos las cosas como anécdotas y no darle demasiadas vueltas, así que nos relajamos mientras empezamos a recorrer el desierto, haciendo nuestra primera parada en un cañón, donde hacemos una pequeña caminata.
Si no quieres pasar la noche en el desierto puedes reservar esta excursión en 4×4 o este tour en 4×4 y trekking por Jabal Um Addami.

Hay que reconocer que los paisajes de Wadi Rum son espectaculares, es el punto que salvó con creces este día y la comida que nos hicieron en el campamento, que realmente estaba muy buena.


Otra de las paradas que hacemos en en unas dunas gigantes en las que disfrutamos no sólo de las vistas si no también de la bajada, haciéndola a toda carrera para evitar quemarnos los pies.

Después de estas paradas, volvemos a hacer un pequeño kit kat, en esta ocasión para tomar unos tés con unos beduinos que nos cruzamos en el desierto con unos camellos y que conocen al conductor.

Otra de las paradas más espectaculares es un puente de piedra que te permiten cruzarlo, aso sí con mucho cuidado, tanto una vez que estás arriba como después al bajar por la roca, ya que tiene mucha pendiente.

El resumen del tour por el desierto, son 7 horas de un sitio a otro, sin ninguna explicación de ninguna clase por parte del “guía”. Suerte que el paisaje es increíble y consigue que nos olvidemos un poco de dónde nos hemos metido y de contar con la guía para intentar descubrir por dónde vamos pasando y parando.

Llegamos al campamento para dormir en el desierto de Wadi Rum sobre las 5 de la tarde y allí “que nos sueltan”, sin decirnos ni donde será la cena, ni nada de nada.
Somos nosotros lo que tenemos que ir preguntando cuál es nuestra jaima para dejar las cosas y estar atentos para ver cómo se va desarrollando la tarde-noche.
La jaima, está bastante bien, tampoco podemos esperar grandes lujos y la verdad es que no tenemos ninguna queja sobre la poca limpieza, que la verdad es que la había 🙂


Llega el momento del atardecer y nos alejamos un poco del campamento para disfrutar de una puesta de sol en el desierto de Wadi Rum increíble, que hace que nos olvidemos por completo del resto de «incomodidades» que hemos sufrido durante el día.

Después de este maravillosos atardecer nos acercamos a la tienda donde se servirá la cena, donde escuchamos un poco de música beduina y después cenamos una serie de platos que nos han preparado que están buenísimos.
A las 10 de la noche ya estemos en nuestra tienda, rodeados de miles de estrellas, dispuestos a dormir en el desierto de Wadi Rum, toda una experiencia.

Cerramos los ojos sin saber siquiera a que hora tenemos que levantarnos, ni a qué hora tenemos que irnos. Mañana lo descubriremos.
En resumen la organización de este campamento ha sido lamentable, al menos para nosotros. Se ha salvado por estar en el sitio que está y esto nos ha hecho olvidar un poco el resto.
Os recomendamos que si queréis pasar un día en el desierto, atéis todos los cabos antes de contratar ningún tour.
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