Día 5 : Shanghái en tres días: Templo Jing’an, Wujiang Road, People´s Square, Museo de Shanghái- Tren de Shanghái a Lhasa
Si las previsiones eran que tanto ayer como antes de ayer lloviese y acabaron por no cumplirse, anoche cuando miramos cómo iba a estar el tiempo hoy que teníamos un completo itinerario para este Shanghái en tres días, directamente ponía que se esperaban lluvias para mañana, algo que en esta ocasión sí que han acertado. Así que nada más despertarnos cuando son las 6:00 de la mañana y escuchar a través de la ventana el ruido de la lluvia, toca replantear un poco el día, tomándonos estas primeras horas de la mañana con algo más de tranquilidad, permitiéndonos trabajar un poco y revisar las notas que tenemos de los días anteriores y cuando son aproximadamente las 9:00 de la mañana y vemos que el cielo está bastante más despejado, dejar el Hotel Shanghai Fish Inn East Nanjing Road, hoy era nuestra última noche aquí, donde nos guardan las mochilas para irnos directos a desayunar.
Este Shanghái en tres días nos llevará a conocer algunos de los lugares que teníamos pendientes y que no pudimos visitar en el itinerario que teníamos previsto en el que ver en Shanghái en dos días ni el primer día que estuvimos en Shanghái.
Shanghái en tres días
La ruta de este tercer día en Shanghái nos llevará a conocer el Templo Jing’an, Wujiang Road, People´s Square y el Museo de Shanghái, antes de volver al hotel y empezar el que será nuestro viaje al Tíbet propiamente dicho, cogiendo un tren de Shanghái a Lhasa, donde pasaremos 48 horas, adaptándonos a la altitud.
La primera visita que haremos en este Shanghái en tres días nos llevará hasta el Templo Jing’an. Para llegar tenemos que coger la línea 2 en Nanjing Road, al lado de nuestro hotel, donde solo tenemos que recorrer tres paradas (3RMB por persona), para llegar a nuestro destino.
Llegamos cuando son las 10:20 de la mañana y después de pagar 50RMB por persona nos adentramos en este templo, menos conocido de Shanghái, pero que tenemos que decir, es muy interesante y merece muchísimo la visita.

El templo Jing’an fue construido en el s.III y una de las cosas que nos llaman más la atención es su ubicación, rodeado de centros comerciales y rascacielos, que hacen que también sea conocido como “el templo de la paz y la tranquilidad”, ya que es el lugar perfecto en el que escapar del caos que en muchas ocasiones invade la ciudad.


Disfrutamos de este pequeño templo y remanso de paz, completamente absorbido por el mundo materialista en el momento en el que sales de él, durante casi una hora, perdiéndonos e intentando guardar todas las sensaciones de estas últimas horas en Shanghái, que nos servirán como puerta de entrada para el increíble viaje que estamos a punto de iniciar y que nos llevará a uno de los lugares que más ganas teníamos de conocer desde hace años: Tíbet.


Salimos de nuevo a las calles de Shanghái para ir hasta Wujiang Road, una calle comercial muy famosa, en la que hemos leído hay muchísimas tiendas y lugares donde comer. Estamos a un kilómetro y medio que decidimos recorrer andando, por Beijing West Road, perdiéndonos entre centros comerciales y algún que otro edificio más antiguo que nos hacen trasladarnos a otra época.


Llegamos a Wujiang Road, y como suele pasar en algunas ocasiones, una sensación de decepción nos invade. Quizás sea que es muy temprano y aún no haya mucho ambiente, pero lo único que nos encontramos es una calle bastante pequeñita, en la que hay muchos comercios tanto a un lado como otro de la calle, son comercios de marcas occidentales y varios locales de restauración, también muy enfocados al público occidental, algo que realmente nos hace dudar la veracidad de lo que habíamos leído, y por lo que hemos venido hasta aquí, donde explicaban que Wujiang Road era un sitio tradicional, donde se podía comer comida local.

Viendo esto, decidimos recorrer la calle entera, algo que no nos lleva más de 10 minutos y seguir con el plan que tenemos para este Shanghái en tres días, dirigiéndonos a People´s Square, otro de los pulmones verdes de la ciudad, que nos llevará también hasta la zona más céntrica.

No tardamos en llegar más de 20 minutos, adentrándonos en una de las zonas verdes más populares de la ciudad, en la que disfrutamos de las últimas horas en Shanghái. Además esta es la zona perfecta para cruzarse, como en el resto de parques de la ciudad, con locales haciendo deportes, jugando o simplemente, poniendo en práctica sus aficiones.


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Son casi de la 1 del mediodía cuando el estómago empieza a llamar nuestra atención, así que estando aquí no hemos podido resistirnos a acercarnos a Yang’s Dumplings, los que dicen son unos de los mejores dumplings de la ciudad y que justamente está al lado de People´s Square.
El local es bastante pequeñito, aunque hay mesas en el interior, además de que normalmente hay cola, pero esta suele ir bastante rápido. El proceso es bastante sencillo. Primero tienes que ponerte en la cola que hay en la caja, donde tienes que hacer el pedido y pagar. Con el ticket sales a la calle y te pones en la cola del mostrador donde se sirven los dumplings y una vez con ellos, puedes ir al interior y sentarte para degustarlos o directamente ir a algún lugar cercano a degustarlos.

Después de ver hay 5 platos entre los que elegir, nosotros hemos optado por el que lleva seis dumplings: 2 de verdura, 2 de carne y 2 de gambas. Son bastante grandes, por lo que para comer, al menos nosotros, hemos tenido suficiente con una bandeja para cada uno. Y el precio inmejorable: el plato de 6 son 16RMB, es decir, dos euros y poco y tienes una bandeja de unos de los mejores dumplings de la ciudad.

Y después de esta degustación, como sobremesa nada mejor que un par de helados y un par de cafés que tomamos en un local al lado del parque, con los que nos recreamos algo más de una hora, disfrutando de estas últimas horas en Shanghái.
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Son poco más de las dos de la tarde cuando volvemos al People´s Square, esta vez para dar una vuelta con la que bajar un poco la comida y acercarnos hasta el Museo de Shanghái, el museo más recomendado de la ciudad, que estando en esta zona, no hemos querido perdernos.
Una buena forma de conocer la historia y las curiosidades de la cara más moderna de a ciudad es reservar esta visita con guía en español.


La entrada al Museo de Shanghái es gratuita, por lo que si estás en la zona y tienes un par de horas, creemos que es una visita muy interesante, además de agradable, con la que acercarte a la cultura china. Además posee una colección de más de 120000 piezas que abarcan un periodo de más de 8000 años.

Después de la visita y cuando son casi las 4 de la tarde, decidimos dar por finalizado este Shanghái en tres días, volviendo al Hotel Shanghai Fish Inn East Nanjing Road, donde tenemos que recoger las mochilas antes de ponernos en marcha para viajar al Tíbet.
Al hacer este trayecto en metro, haciendo un transbordo hemos pensado en lo que iba a suponer hacer esto pero con las mochilas, así que una vez en el hotel hemos preguntado por el precio de un taxi hasta la estación de tren y al decirnos que entre 20-30RMB, como puedes imaginar, ni lo hemos pensado un segundo, optando por esta opción para trasladarnos.
Así que, cuando son las 5 de la tarde, nuestro tren de Shanghái a Lhasa sale a las 20:10h, pedimos al hotel que llame un taxi y por 26RMB nos plantamos en la Shanghái Railway Station en 10 minutos.
Tal y como explicamos en nuestro viaje a China en 25 días, el proceso de coger un tren en China es mucho más fácil de lo que pueda parecer a simple vista.
Lo primero que debes hacer es ir a recoger los billetes si aún no los tienes y únicamente dispones de un localizador. Para esto tendrás que hacer cola en las taquillas exteriores de la estación y recoger el billete.
Si ya tienes el billete físico, debes buscar la entrada a la estación, hacer la correspondiente cola de entrada a la estación y una vez dentro, enseñar billete y pasaporte.
Suelen haber colas, así que te recomendamos que no vayas con el tiempo justo y menos en estaciones grandes como las de Beijing o Shanghái, ya que aquí no encontrarás la manera de explicar que llegas tarde y pierdes el tren, para que te dejen avanzar en la cola, con el consiguiente quebradero de cabeza.
Una vez con la documentación enseñada, deberás pasar un control de seguridad de equipaje, donde deberás poner las mochilas, maletas, bolsos de mano o cualquier cosa que lleves contigo.
Al pasarlo accederás al lobby de la estación donde verás unos paneles en los que en números se indica primero el número de tren, después la hora de salida y por último, la sala de espera.
En caracteres chinos podrás ver el destino, aunque ten en cuenta que este es siempre el destino final, por lo que sí vas a una estación intermedia, no verás ese nombre, ni siquiera en chino.

Son casi las seis de la tarde cuando nos acomodamos en la sala 1, dispuestos a esperar a que llegue el tren de Shanghái a Lhasa, en el que después de pasar 48 horas, nos llevará a nuestro destino soñado desde hace tanto tiempo.

A medida que avanza la tarde la sala de espera se va a llenando cada vez más, al igual que los anuncios de megafonía, que ponen a un volumen tan alto, que para evitar que nos explote la cabeza, optamos por dar varias vueltas por la zona, en las que vemos que únicamente hay dos occidentales más aparte de nosotros, algo que nos hace preveer que este va a resultar un trayecto de lo más atractivo.
Con el pasar de los minutos, la gente empieza a sacar sus bolsas de comida, que tenemos que decir son verdaderamente impresionantes, aunque no tenemos que olvidar que son 48 horas de viaje.

En nuestro caso hemos hecho caso a las recomendaciones que habíamos leído y nos hemos abastecido con diferentes bollos y galletas para desayunar, algunas patatas, snacks y además varios botes de sopas instantáneas, incluida también una sopa de miso y unos noodles, que puedes ir rellenando con agua caliente que hay en los diferentes vagones y con los que esperamos comer y cenar los próximos dos días.
Ante la previsión que tenemos de los próximos días y para no tener que cenar hoy directamente en el tren, aprovechamos que hay un KFC en la parte inferior, donde aprovechamos para hacer una cena rápida con la que llevar el estómago ya acondicionado y no tener que estar pensando después en hacerlo en el compartimento del tren.
Y así cuando pasan unos minutos de las 7:30 de la tarde empiezan los controles de seguridad que nos dan acceso a los andenes del tren, donde nada más bajar nos toca buscar el que será nuestro vagón, donde pasaremos las siguientes dos noches.

En nuestro caso, como comentamos en los preparativos para viajar al Tíbet viajaremos en primera clase, es decir en litera blanda que es un compartimento de cuatro literas, cerrado. En esta categoría, para cada uno de los vagones se comparte un lavabo, hay uno occidental y otro que es una letrina y hay un vagón restaurante que está justo al lado del vagón de primera clase.
La litera blanda es la opción más cara, 220 dólares por persona y trayecto y también es la opción que antes se acaba, ya que además, únicamente hay un vagón de primera clase. Los billetes salen a la venta 20 días antes y únicamente se pueden comprar a través de alguna web china intermediaria o una agencia de viajes.
En nuestro caso nos lo ha gestionado todo The China Guide, que serán nuestros acompañantes en este viaje y que se preocuparon desde el minuto uno en conseguirnos las literas blandas, ya que si no lo hubiesen podido comprar nos hubiese tocado ir en segunda clase que son compartimentos sin cerrar, de tres literas por cada hilera, por lo que prácticamente se puede decir que no tienes intimidad ninguna, además de ser bastante más incómoda, al ser una litera dura.

Pasar unos 20 minutos desde que entramos en el tren de Shanghái a Lhasa cuando ya estamos acomodados, cada uno en su litera, cuando aparecen tres revisores del tren, nada más y nada menos, para pedirnos toda la documentación para el viaje a Tibet, es decir, todos los permisos que nos ha tramitado The China Guide. Con esto se confirma lo que habíamos leído y es que ya inicialmente no puedes llegar a Lhasa en tren a no ser que tengas los permisos necesarios, ya que si no los hubiésemos tenido, nos hubiesen invitado a bajar del tren sin ningún tipo de opción.
Después de las comprobaciones de todos los permisos y pasaportes, nos dicen que todo está perfecto, pero en medio chino, medio inglés, nos informan que mañana a las 9 de la noche tendremos que hacer un cambio de tren en Xining, la última parada que hay antes de de llegar a Tibet, que nos estará esperando cuando lleguemos y que será el tren adaptado, con oxígeno, que nos lleve hasta Lhasa.
Con esta novedad, con la que no contábamos, volvemos a tumbarnos en nuestras literas, libro en mano y música clásica de fondo, dispuestos a pasar la primera noche en el tren de Shanghái a Lhasa.
Maria Luisa dice
Muchas gracias por vuestra información. Es clara y muy completa. Nosotras viajaremos en mayo de 2020 dos meses por China y también iremos al Tibet. Seguiré leyendo todo lo que habéis escrito,
Vane y Roger dice
Hola María Luisa,
Muchísimas gracias a ti por leernos y por tus palabras. Nos alegra muchísimo saber que te ha servido la guía.
Disfruta muchísimo de China y el Tíbet, es uno de los destinos más increíbles que hemos tenido la suerte de conocer. Saludos
Cristina dice
Hola!! Muchisimas gracias por toda la información de vuestro blog!
Voy a China proximamente pero mi itinerario sólo me permite estar unos dias en Beijing y luego pasar, bien a Xian o bien a Shangai. Como debo elegir entre estas dos ciudades, me preguntaba si podría tener algún tipo de orientación por vuestra parte para saber hacia cuál decantarme. Dispongo únicamente de dos días para verlas. ¿Alguna orientación?
Muchísimas gracias de antemano por la ayuda!!
Vane y Roger dice
Hola Cristina,
Son lugares totalmente diferentes y depende mucho de tus gustos. En Xian, aunque la ciudad también merece una visita, lo imprescindible son los Guerreros de Xian que son increíbles. Para esta ciudad, si tienes un día, ya es suficiente.
Para Shanghái necesitas algún día más y más que visitas como tal es recorrer la ciudad. Saludos