Día 28 : Te Ara O Te Moai o «Camino de los moáis» y Anakena, una de las mejores playas del mundo
Hoy, el último día completo que pasaremos en Isla de Pascua, nos levantamos cuando son las 7:00 de la mañana, acercándonos directamente a la terraza de la habitación para ver qué tiempo nos espera durante el día, ya que hoy tenemos un día completo, en el que queremos hacer Te Ara O Te Moai o el Camino de los moáis, además de disfrutar de Anakena, una de las mejores playas del mundo.
Aunque vemos que el cielo está un poco nublado, la previsión es que el día se abra a lo largo de la mañana, regalándonos además un día más caluroso que los dos últimos días, incluido el día de ayer, que visitamos por segunda vez Rano Raraku, la cantera de los moáis.
Faltan unos minutos para las 8 de la mañana cuando nos acercamos al Restaurante Poevara del Hangaroa Eco Village Spa para disfrutar de un desayuno de lo más completo para, cuando son las nueve y poco de la mañana, volver a coger nuestro coche de alquiler en Isla de Pascua, acercándonos primero al Banco Estado, para sacar algo de dinero para pasar este último día aquí en Isla de Pascua y después ponernos en camino hacia Hanga Tetenga, ya que allí empieza Te Ara O Te Moai o «Camino de los moáis«, un pequeño sendero de unos 3 kilómetros aproximadamente, que lleva recorrerlo más o menos una hora y es un paseo por el interior de la isla, en el que se puede ver uno de los caminos por los que los moáis eran trasladados desde la cantera hasta sus lugares definitivos.
Estamos a unos 15 kilómetros desde el hotel, por lo que a las 10:30 de la mañana ya estamos allí con un tiempo bastante mejor de lo que esperábamos y que nos ha permitido durante estos días ver varias caras de Isla de Pascua: sus días más soleados, un día nublado, un día con lluvia intensa y hoy soleado pero con nubes. En definitiva la magia de Rapa Nui, uno de los lugares más fascinantes del mundo.
Te Ara O Te Moai o «Camino de los moáis«
En Isla de Pascua hay varias caminatas destacadas que te recomendamos tener en cuenta, sobre todo si cuentas con algún día extra en la isla, ya que son una excelente manera de conocer desde otra perspectiva la cultura Rapa Nui.
En nuestro caso nos hemos decidido por recorrer Te Ara O Te Moai o «Camino de los moáis«, una de las caminaras, sino la que más, espectaculares de la isla.
El recorrido es de poco menos de 4 kilómetros, que podrás hacer en aproximadamente 1 hora. Inicialmente leímos que se podía hacer en un sentido u otro, pero en nuestro caso nos encontramos con que justo a la mitad del camino, había una valla que no nos permitía continuar, por lo que tuvimos que volver al coche y desde allí ir al punto final y hacer el resto del camino que nos quedaba.
Como se puede ver en el mapa, Te Ara O Te Moai o el «Camino de los moáis» empieza en la zona de la costa, en Hanga Tetenga, en el punto que hemos señalizado como One Makihi y acaba en las faldas de Rano Raraku, la cantera de los moáis.

Esta caminata es fascinante, tanto desde el punto de vista escénico como cultural, ya que es una de las rutas por donde los rapa nui trasladaban los moáis desde la cantera hasta su destino final. Te aseguramos que es fascinante en todos los sentidos, y además, aunque en Isla de Pascua podemos decir que prácticamente hicimos las visitas solos, en este caso este «solos» cobra especial sentido, ya que no nos cruzamos con absolutamente nadie en ninguno de los recorridos, algo que tenemos que decir también, nos llamo poderosamente la atención, ya que creemos que es una de las visitas más interesantes que se pueden hacer en la isla.
Al ser uno de los senderos por los que se trasladaban los moáis, a lo largo de todo el camino, cada pocos metros irás viendo diferentes moáis que cayeron en el traslado y jamás llegaron a su destino final, siendo abandonados en el sendero, y que a día de hoy podemos ver tal y como quedaron.



Según nuestra experiencia, creemos que lo mejor es hacer el sendero en el sentido que nosotros lo hemos hecho, empezando por la zona de la costa y dirigiéndote hacia Rano Raraku. Una buena opción, si está abierto el sendero por completo, y se puede llegar hasta la cantera andando, sería hacer después la visita a ésta, para acabar teniendo una visión única del proceso de tallado y construcción de los moáis.


La primera parte del sendero, ya que como decíamos nosotros no hemos podido hacerlo completo de una sola vez, nos lleva aproximadamente 45 minutos, tomándonoslo con muchísima tranquilidad, ya que vamos parándonos cada pocos metros, para disfrutar tanto del entorno como de los moáis que nos vamos encontrando abandonados en el camino, que no dejan de sorprendernos y dejarnos totalmente impresionados, ya que al tenerlos tan cerca, podemos ver con total claridad la envergadura de estos y entender, un poquito más, lo que hasta ahora habíamos leído sobre la cultura Rapa Nui.


Poco antes de llegar a Ma´unga Toa Toa, un pequeño volcán que destaca en el paisaje por ser un cono perfecto, nos encontramos con la valla que comentábamos anteriormente y que nos impide seguir hasta Rano Raraku.
Después de consultar el GPS y ver que no nos hemos equivocado de camino, decidimos finalmente volver sobre nuestros pasos, algo que tenemos que decir no nos cuesta nada, pensando que vamos a volver a ver los impresionantes moáis tumbados en el suelo.
Volvemos al inicio de Te Ara O Te Moai o «Camino de los moáis«, en Ahu Tetenga, volviendo a coger el coche y acercándonos hasta Rano Raraku, donde volvemos a ver las imágenes de la cantera y donde después de aparcar el coche, nos acercamos a lo que es el inicio del sendero, justo donde se ven un par de moáis boca abajo.



Si haces esta caminada, súper recomendable ya que no lleva mucho tiempo y la sensación de ir andando por el sendero y encontrar moáis es indescriptible, no te olvides de fijarte en el rostro de los diferentes moáis que encuentres tumbados en el suelo, ya que gracias a esto han conservado prácticamente intacto su tallado, algo que te permitirá ver desde muy cerca el excelente estado de conservación de la zona que ha quedado cubierta de las inclemencias del tiempo.
Eso sí, no te olvides de ser respetuoso y no toques los moáis.


Después de más o menos 45 minutos que nos lleva hacer este tramo del sendero y cuando son algo más de la 1 del mediodía, volvemos de nuevo sobre nuestros pasos, volviendo a Rano Raraku, para volver al coche y de nuevo, ponernos en marcha, esta vez hacia Anakena, una de las mejores playas del mundo.
En Anakena, estuvimos el otro día, cuando disfrutamos del amanecer en Tongariki, y aunque ahora el día parece que se ha vuelto a nublar, no queremos quedarnos sin disfrutar de nuevo de la que dicen, es una de las playas más bonitas del mundo.
Anakena, una de las mejores playas del mundo
En esta ocasión, en vez de aparcar justo en la entrada, donde lo hicimos la otra vez, lo hacemos en la parte de atrás de los restaurantes, para estar más cerca de la playa y así también tener vistas desde esta otra perspectiva.

Estando aquí no podemos menos que disfrutar de un rato de nuevo en los alrededores de la playa propiamente dicha, que ahora ya no podemos dudar el motivo de que se considere como una de las más increíbles y bellas del mundo. Si te apetece conocer más sobre los moáis que hay en esta playa y de la propia playa en sí, no te pierdas el primer día que estuvimos disfrutando de la playa de Anakena, donde hablamos de todo esto con detalle.



A pesar de que el cielo está un tanto nublado, nos encontramos en la playa con algunos turistas, aunque en ningún momento llega a ser agobiante, ya que la playa es bastante amplia y la gente se suele separar bastante. Faltan unos minutos para las dos de la tarde y decidimos que antes de comer, toca sentarnos un rato en la arena, darnos un chapuzón y sobre todo, disfrutar de esta increíble playa, en la que además de la arena blanca, un agua color turquesa y las palmeras que la rodean, unos moáis parecen estar protegiéndola.

Son las 2 y media cuando el cíelo empieza a abrirse, así que decidimos quedarnos a comer en Anakena, en uno de los dos restaurantes que hay, que están totalmente integrados en el entorno, donde estuvimos el otro día y donde hemos leído que hacen unas empanadas buenísimas. Y que después de probarlas, podemos confirmarlo.
Pedimos dos empanadas, una de atún y queso y otra de camarones y fruta, más dos jugos de piña y dos expresos por 28600CLP, nada barato, pero contando que estamos en un lugar privilegiado, con vistas a la playa y a los moais, y además todo está buenísimo, realmente no podemos quejarnos…

Después de comer, y cuando pasan algunos minutos de las 4 de la tarde, y sin poder despedirnos de un lugar tan increíble como este, damos una última vuelta por la playa de Anakena, jurándonos, como ya hemos hecho en otros momentos desde que llegamos a Isla de Pascua, que volveremos, pero para quedarnos más tiempo y así poder disfrutar de la isla con mucha más calma y tranquilidad.


Son casi las 5 de la tarde cuando volvemos a coger el coche, despidiéndonos de Anakena y pasando por Tongariki, donde no podemos evitar parar para despedirnos también, y con un día como este e intentando aprovecharlo al máximo no podemos evitar acercamos hasta Ahu Akivi, los moáis que miran al mar, de nuevo, los primeros moáis que vimos cuando llegamos a Isla de Pascua y que recordaremos siempre y de donde no podíamos irnos tampoco sin despedirnos.

Y de aquí y con la excusa perfecta de que ayer no hizo muy buen tiempo, volvemos también a Puna Pau, ya que estamos a solo 5 kilómetros, y nos apetece volver a disfrutar de nuevo de la cantera de los ahus. Aunque parezca algo exagerado, como puedes ver y como hemos comentado en muchas ocasiones, las distancias en Isla de Pascua son mínimas, por lo que los traslados se hacen en muy poco tiempo, dándonos la oportunidad de volver varias veces a los lugares que más nos gusten, como ha sido nuestro caso en varios momentos.
Y así nos dan las 6 de la tarde, hora en la que toca devolver el coche de alquiler en Isla de Pascua, llenando antes el deposito, por 23000CLP, para después empezar nuestra particular despedida de Rapa Nui: primero viendo los ensayos del Tapati, que vuelven a recordarnos que tenemos que volver a Isla de Pascua, al ser posible en el mes de febrero cuando se celebra, y después disfrutando de un atardecer impresionante e inolvidable en Ahu Tahai, que es la mejor forma con la que creemos, te puedes despedir de este lugar mágico.


Y de aquí toca volver al Hangaroa Eco Village Spa donde disfrutamos de una increíble última cena en la terraza y de una última noche realmente espectacular, que estamos seguros, no olvidaremos jamás.

Deja un comentario