Día 9 : Lhasa: Palacio de Potala, Norbulingka y Monasterio Sera
Hoy nuestro día empezado poquito más tarde, sobre las 7 de la mañana y es que ayer, después de recorrer muchos de los lugares que teníamos programados que ver en Lhasa, cuando llegamos al hotel nos llamó Pasang para hacer un pequeño cambio de planes para hoy por la mañana sustituyendo la visita que teníamos al Monasterio Drepung, antes de visitar el Monasterio Sera, por la visita al Palacio de Potala, ese lugar, que es uno de los grandes motivos de este viaje al Tíbet, para donde nos ha reservado la entrada a las 9:30 de la mañana.
Hemos quedado con Pasang y Tre a las 9:15 de la mañana, en la carretera donde nos dejaron el día que llegamos a Lhasa del Tren de las Nubes al Tíbet y que está muy cerca de nuestro hotel, el Tashitakge Hotel Lhasa, ya que como comentamos ese día, a la zona de Barkhor no se puede puede acceder en coche.
Con estos horarios, toca subir a la terraza del hotel para disfrutar de un excelente desayuno, no solo por la comida, sino por las increíbles vistas que tenemos del Potala, que nos están regalando cada mañana la mejor forma de empezar el día que hubiésemos podido imaginar.

Después del desayuno, volvemos a las calles de Lhasa para encontrarnos con Pasang, que ya nos está esperando en el coche junto a Tre para irnos hasta el Palacio de Potala, donde llegamos en menos de 15 minutos.
Nada más bajarnos del coche y encontrarnos, de nuevo frente a él, lo primero en lo que nos fijamos es en lo muchísimo que cambia al verlo con el cielo de la mañana totalmente despejado a como lo vimos ayer por la tarde-noche, momento en los que en esta temporada en Lhasa, el cielo suele nublarse bastante.

La idea es volver a esta zona de Lhasa o mañana o dentro de dos días, para disfrutarla con mucha más tranquilidad y además, poder hacer fotografías desde todas las perspectivas posibles, ya que hoy venimos especialmente a hacer la visita del interior.
Y así nos ponemos en la cola de la entrada este y después de hacer unos 15 minutos de cola, accedemos al recinto del Palacio del Potala, previo pago de 100RMB por persona, que para nosotros están incluidos en el viaje personalizado al Tíbet que estamos haciendo de la mano de The China Guide, la agencia que nos acompañará durante todo el viaje.
En el interior del Palacio del Potala no se pueden hacer fotografías, únicamente en los lugares abiertos, que son muy pocos. Es por ese motivo por el que prácticamente no tenemos fotografías de los interiores del Potala y del resto de Monasterios, algo que también en parte agradecemos ya que no hemos ido pendientes de intentar sacar fotos o preocupados en sacar buenas imágenes, permitiéndonos esto estar únicamente pendientes de todas las explicaciones que nos ha estado dando Pasang en todo momento y disfrutar de uno de los lugares más increíbles que hemos tenido la suerte de visitar en nuestros viajes.

Recuerda que cualquier viajero extranjero que quiera viajar al Tíbet debe hacerlo a través de una agencia (ES IMPOSIBLE VIAJAR AL TÍBET POR LIBRE), ya sea agregándose a un grupo o de forma privada y tener, antes de entrar en Tíbet, una ruta fija, que la agencia habrá presentado y deberá estar aprobada por las autoridades chinas.
Para obtener el visado y todos los permisos, es necesario que este itinerario esté aprobado por las autoridades. Además no es posible modificar el itinerario sobre la marcha, algo muy importante a tener en cuenta, ya que te obligará a tener claro qué quieres visitar desde el primer momento, ya que en base a eso, la agencia gestionará los permisos.
En nuestro caso hemos viajado con The China Guide, quien nos gestionó todos los permisos después de diseñar juntos un itinerario personalizado, con guía en español y que nos ha llevado a disfrutar como nunca hubiésemos imaginado de este lugar tan mágico.
A día de hoy el Palacio del Potala no tiene la actividad con la que cuenta, por ejemplo, el Templo de Jokhang, ya que está deshabitado por lo que se podría considerar un museo, que nos recuerda, en cierta manera la forma en la que el Dalai Lama tuvo que abandonar el Tíbet.


La visita la hemos comenzado aproximadamente cuando son las 10 de la mañana subiendo los 400 escalones que nos separan de la que es la primera visita. Hay que tener en cuenta que esto, contando que estamos a más de 3600 metros de altura, no es tarea fácil, por lo que merece la pena tomárselo con tranquilidad y no hacer ningún esfuerzo extra.

Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que no se puede acceder con líquidos ni encendedores y no hay muchos puntos de venta de agua en el interior, únicamente dos: uno justo en la entrada y otro en la parte más alta que se visita en el Palacio de Potala, por lo que merece la pena comprar en el primer punto de acceso, sobre todo contando la cantidad de escaleras que hay. El precio de las botellas de agua es de 5RMB, un precio más que ajustado si además tenemos en cuenta que las botellas son de agua especial para el Palacio de Potala.
Las escaleras nos llevan, en más o menos 15 minutos de ascenso hasta las taquillas del Deyang Shar, el patio del Palacio Blanco.
Aquí es donde se tienen que enseñar las entradas y donde en verano, empieza a contar la única hora que tienes para visitar el Palacio de Potala, ya que según nos explica Pasang, a partir de mayo el volumen de visitantes asciende considerablemente y para evitar colapsos se ha tomado la medida de dejar únicamente una hora de visita en todas las zonas a partir de esta.


Es aquí donde encontramos los únicos frescos que se pueden fotografiar de todo el Potala, además de unas imágenes de los leones de las nieves, espectaculares, que también se pueden fotografiar.
A partir de este punto, las cámaras están prohibidas en todos los lugares interiores, además de estar totalmente vigilados por cámaras y sensores.


Desde aquí seguimos la visita hasta llegar a la azotea del Palacio Blanco donde se encuentran las dependencias privadas del decimotercer y decimocuarto Dalái Lama.
Entre ellas están la habitación del trono, la sala de recepción, la habitación de meditación y el dormitorio del Dalái Lama, donde se pueden ver algunos objetos personales.

Desde aquí accedemos al Palacio Rojo, en la tercera planta, donde podemos ver la Capilla de Jampa, la capilla de los Mandalas Tridimensionales, con tres increíbles mandalas, la Capilla de la Victoria contra los Tres Mundos, con una increíble colección de libros, la Capilla de la Felicidad y las tumbas del decimotercer Dalái Lama, que ahora únicamente se puede ver desde la parte inferior, ya que la habitación de arriba, desde la que se podía tener otra perspectiva, actualmente está cerrada.
Después de esta zona pasamos a ver la tumba del séptimo Dalái Lama, hecha con más de media tonelada de oro.
Es en este momento cuando visitamos la que se considera es la capilla más sagrada de todo el Palacio de Potala, la Capilla de Arya Lokeshvara, que según nos cuentan data de cuando aquí se erigía el Palacio de Songtsen Gampo, en el siglo VII y donde está la imagen de Arya Lokeshvara, la más venerada del Potala.
Al final de esta zona encontramos las tumbas del octavo y noveno Dalái Lama, también increíbles como la anterior.

Desde aquí pasamos a la segunda planta donde encontramos la capilla de Kalachakra, con un impresionante mandala, la Capilla de Sakyamuni, con una increíble colección de libros y el trono del séptimo Dalái Lama, la Capilla de los nueve Budas de la Longevidad y la Sala de Meditación del rey Songtsen Gampo.

Pasamos a la planta baja del Palacio de Potala para visitar la Capilla de Lamrim, donde se explican las diferentes fases para llegar a la iluminación.
Continuamos la visita en la Capilla Rigsum Lhakhang, donde se puede ver una imagen del Gurú Rimpoche, para después llegar a la impresionante e increíble Capilla de las Tumbas de los Dalái Lama, donde se encuentran las tumbas del quinto, décimo y duodécimo Dalái Lama.
La última visita que hacemos es a la Capilla de la Sagrada Sucesión, donde podemos ver una estatua del undécimo Dalái Lama.
A partir de aquí tomamos la salida que nos lleva a bajar por las escaleras de la zona trasera del Palacio de Potala, donde estuvimos ayer por la tarde, que recorremos comentando con Pasang lo increíble de todo lo que hemos podido ver y lo impresionados que seguimos estando.

Después de la visita tenemos que decir que el Palacio de Potala es un lugar extremadamente increíble y que no puedes perderte bajo ningún concepto.
La visita la hemos comenzado aproximadamente cuando son las 10 de la mañana y la hemos acabado cuando son más o menos la 1 del mediodía, por lo que más o menos se tiene que contar que en total son unas tres horas de visita, tomándolo con tranquilidad, pero sin prisa ni pausa.



En el parking nos está esperando Tre, nuestro conductor, para llevarnos al que será el siguiente punto de visita del día, Norbuligka, el Palacio de Verano del Dalái Lama.
Norbulingka está ubicado en Lhasa, bastante cerca del Palacio de Potala, a solo unos 10-15 minutos en coche, por lo que no tardamos mucho en llegar. Después de dejar el coche en el parking, nos dirigimos junto a Pasang a la entrada para realizar esta segunda visita del día.

El precio de la entrada a Norbulingka es de 60RMB por persona, que como para el Palacio de Potala nosotros ya llevamos incluido.
Habíamos leído que esta visita no era de las más recomendables de Lhasa. Después de nuestra experiencia tenemos que decir que teniendo tiempo suficiente, creemos que es una visita complementaria, por decirlo de alguna manera al Palacio de Potala y que, aunque no tan interesante o impresionante, sí que merece la pena dedicar un par de horas.

El primer palacio que visitamos es el Palacio del Octavo Dalái Lama, que era el palacio de verano de éste y todos sus sucesores, hasta el decimotercero.
Después de esta visita pasamos al Nuevo Palacio de Verano, construido por el actual Dalái Lama (el decimocuarto) y que se encuentra en la parte central del parque.

Aquí podemos ver la cámara de audiencias del Dalái Lama, en la que disfrutamos de unos increíbles frescos que representan la historia del Tíbet.
Como comentábamos antes y también nos ha pasado en el Palacio de Potala, aquí tampoco están permitidas las fotografías en los interiores, por lo que nos toca disfrutar de lleno de todas las explicaciones que nos va haciendo Pasang, dejando a un lado las cámaras e intentando captar el máximo de detalles para guardarlos en nuestras retinas.

Después de esta sala nos encontramos con las habitaciones privadas del Dalái Lama, entre las que podemos ver su dormitorio y la sala de meditación, que según nos cuenta Pasang, se mantienen casi igual que como se dejaron en el momento del exilio.
A continuación pasamos por la sala de reuniones, en la que el Dalái Lama se reunía y donde vemos un trono de oro, varios murales y varias pinturas.

La visita a Norbulingka finaliza con la visita a la zona de retiro del decimotercer Dalái Lama, donde podemos ver una estatua de Chenresig, una gran colección de libros y un tigre disecado, que tenemos que decir, nos deja un tanto impresionados.

Acabamos esta visita a Norbulingka cuando son más o menos las 2:30 de la tarde y decidimos, después de comentarlo con Pasang, que en vez de ir a comer nos vamos a ir directos al Monasterio Sera, que es la tercera y última visita que tenemos programada para el día de hoy.
Ruta del día de hoy: Palacio de Potala, Norbulingka y Monasterio Sera
El Monasterio Sera está a 6 kilómetros de Lhasa, es uno de los grandes monasterios gelugpas, junto a Drepung que visitaremos el próximo día, que recorremos en más o menos 30 minutos y el precio de la entrada es de 50RMB por persona.

Después de recoger la entrada y dejar el coche en el parking, nos adentramos en el Monasterio Sera, donde antaño habían más de 5000 monjes y que ha día de hoy se han reducido drásticamente a unos cuantos cientos.
La visita se puede hacer a cualquier hora del día, dentro del horario, aunque te recomendamos encarecidamente que la hagas por la tarde para hacerla coincidir con los famosos debates de los monjes del Monasterio Sera, que tienen lugar de lunes a viernes de 3 a 5 de la tarde aproximadamente.

A día de hoy el Monasterio Sera está siendo restaurado, por lo que muchas de las calles y muchos de los lugares se encuentran inaccesibles, algo que se espera, vaya para largo.
La visita nos lleva inicialmente a la Escuela Sera Me, donde podemos ver la sala principal y una colección de máscaras increíbles.



Como la mayoría de las capillas empiezan a cerrar a las 3 de la tarde, Pasang nos lleva directamente a la Sala de reuniones principal, el edificio más grande del Monasterio Sera y uno de los motivos, junto a los debates de los monjes que nos ha traído hasta aquí.

La sala central de esta sala de reuniones es realmente impresionante, donde no podemos apartar la mirada de todos los detalles que queremos retener en la mirada, causándonos verdadera impresión los thangkas y la estatua de Jampa de 6 metros de altura.

Viendo que son casi las 15:30 de la tarde y escuchándose ya el sonido del debate de los monjes, decidimos acercarnos hasta allí, donde Pasang nos espera en la puerta, dándonos antes algunas indicaciones sobre lo que veremos, para que podamos entendernos, además de explicarnos que desde hace un tiempo únicamente se permite hacer fotos con móviles ya que hace un tiempo, había gente que venía con cámaras con enormes objetivos y prácticamente las ponían en la cara de los monjes, con la consecuente pérdida de intimidad que sufrían.
Ante esto, decidieron que únicamente se podían hacer fotografías con móviles, para evitar así estas situaciones desagradables entre los visitantes y los monjes.
Por educación y por respeto sería conveniente que no utilices las cámaras ya que hoy en día los móviles hacen muy buenas fotos, y además, también tenemos que entender que ya que está prohibido es por algo, por lo que conviene tenerlo en cuenta.

Una vez estamos en el interior nos encontramos con un patio, dividido en tres zonas, rodeado por una especie de cera, en la que nos ubicamos los visitantes.


A medida que vamos avanzando, nos vamos parando para observar a dos, tres monjes y así intentar quedarnos con os detalles de las discusiones, para poder así intentar entender las pautas que nos ha dado Pasang sobre el desarrollo.


Acabamos la visita al Monasterio Sera cuando son las 4:15 de la tarde y hablamos con Pasang para que nos dejen directamente en el hotel y así aprovechar para ir a comer, algo que deberíamos haber hecho antes, ya que a estas horas de la tarde, se nos ha juntado la comida con la cena, descuadrando un poco las comidas.
Para no tener que dar muchas vueltas y también con la recomendación de Pasang, nos decidimos por el Phomdha Tsang Restaurant, antigua casa de un maestro del actual Dalái Lama, que está al lado del Tashitakge Hotel Lhasa y tiene un patio súper agradable donde nos sentamos y disfrutamos de un filete de yak y una pizza de yak, más refresco, cerveza y dos cafés por 162RMB.

Y así, casi sin darnos cuenta y después de la sobremesa, son casi las 7 de la tarde, momento en el que decidimos que el día de hoy ha llegado a su fin, a estas alturas no conviene forzar demasiado la máquina y más cuando aún nos quedan 3 días en Lhasa para poder seguir conociendo la ciudad, yéndonos directos al Tashitakge Hotel Lhasa, donde caemos rendidos en la mullida cama de nuestra habitación.
Vocación Viajera dice
¡Qué lugares increíbles! Gracias por el post. Los filetes de yak me dieron penita ?
Vane y Roger dice
Hola!
Es un destino que sin duda no se olvida. El tema del yak, al principio puede parecer algo «raro», pero teniendo en cuenta que para ellos es como para nosotros la ternera, quizás se entiende algo más que esté presente en muchísimos platos.
Saludos!