Día 13 : Ruta por Tíbet en coche: Lhasa – Tsedang – Palacio Yungbulakang
Hoy hemos quedado con Pasang y Tre a las 8:30 de la mañana para empezar la ruta por Tíbet en coche que nos llevará hasta el Campo Base del Everest en 5 días, pero que hoy nos conducirá a Tsedang, donde visitaremos el Palacio Yungbulakang, uno de los lugares que más ganas tenemos de conocer en este viaje al Tíbet en 19 días.
Después de desayunar y hacer el check out en el Tashitakge Hotel Lhasa, donde se han despedido de nosotros y nos han tratado con un cariño increíble y donde volveremos para alojarnos el último día del viaje, nos colgamos las mochilas y nos vamos hasta la carretera donde ya nos esperan Pasang y Tre.
Hoy el día será más tranquilo que el de ayer, al menos en cuanto a horas de conducción se refiere. Empezamos la ruta por Tíbet camino a Tsedang, rodeados como ayer de unos paisajes increíbles, de los que no paramos de sorprendernos, además de alucinar con el azul del cielo, salpicado de nubes y montañas que parecen un decorado.
El trayecto de hoy será de unos 200 kilómetros, pasando por el Monasterio Samye, que visitaremos mañana y llegando a Tsedang a las 12 del mediodía, haciendo antes una parada técnica en un mirador al río espectacular.

Ruta por Tíbet en coche: Lhasa – Tsedang – Palacio Yungbulakang
Tal y como pasó ayer cuando fuimos a conocer el Lago Namtso en Tíbet, Pasang y Tre tienen especial cuidado en que nos mantengamos siempre bien hidratados, dándonos botellas de agua cada poco tiempo, además de ir cambiando las que llevamos en el coche por unas nuevas en cada parada que hacemos, para que siempre tengamos agua fresca.
Además, tenemos que decir que llevamos un tanque de oxígeno en el maletero, por si en algún momento nos encontramos mal y lo necesitamos, algo que tenemos que decir, nos da bastante tranquilidad, sobre todo para los días en los que estemos en el Campamento Base del Everest, que estaremos a 5200 metros de altitud durante un par de días y una noche.



Nada más llegar a Tsedang a mediodía, lo primero que hacemos en la ciudad es acercarnos a la policía para gestionar los permisos que nos hacen falta para visitar esta zona y después el Campo Base del Everest.
En esta comisaría, por lo que nos dice Pasang, son muy agradables, así que nos invita a entrar con él, para ver cómo se gestiona todo el proceso, algo que tenemos que decir, nos resulta cuanto menos curioso, ya que el proceso y el comportamiento de los policías, poco o nada tiene que ver con lo que imaginábamos, siendo mucho menos rígido de lo que esperábamos.
Una vez que tenemos todos los permisos en la mano nos vamos al Tsedang Hotel, donde nos alojaremos esta noche.
Hoteles en Tíbet
Algo que hay que tener muy en cuenta es que los hoteles en Tíbet, tanto en las infraestructuras como en los servicios que ofrecen de restauración, no tienen la misma categoría que podríamos encontrar en cualquier otro país asiático.
Esto es algo de lo que debemos ser muy conscientes, ya que aunque nos alojemos en un hotel de 4 estrellas, probablemente no encontremos las mismas comodidades que haríamos en otro país. De igual forma tenemos que decir que en un porcentaje muy alto de alojamientos, las habitaciones están limpias, hay señal wifi (mejor o peor), los baños son tipo occidental y tienen servicio de restauración, aunque este, en la mayor parte, es bastante escaso, sobre todo si viajas en temporada baja, por lo que merece la pena que el guía te recomiende algún local fuera del hotel, donde estamos seguros, disfrutarás mucho más de la gastronomía tibetana.
El Tsedang Hotel es un hotel grande, en medio de la ciudad, donde hacemos el check in junto con Pasang, algo que acelera un proceso que en Tíbet, exceptuando en Lhasa, vemos que es un proceso bastante lento y después de dejar las mochilas vamos con Pasang y Tre en busca de un restaurante donde comer algo antes de ir al Palacio Yungbulakang.
En Tsedang no hay muchas opciones, por no decir ninguna, en la que poder comer comida occidental, por lo que Pasang nos recomienda un pequeño local que hay justo al lado del hotel, donde nosotros comemos uno una especie de raviolis rellenos de verdura, que son como unos momos pero no fritos y ellos comen unos fideos, que la verdad tenemos que decir, tienen muy buena pinta todo por 75RMB, un precio más que ajustado, además de comerlo regado con agua caliente, como se estila en Tíbet.

Después de comer volvemos al coche, que está aparcado en el hotel y nos vamos hasta el Palacio Yungbulakang, que está ubicado a más o menos 15 minutos de Tsedang. Nada más llegar al parking nos encontramos con que el cielo está bastante nublado, algo que desluce en parte el increíble atractivo que tiene el lugar, a lo que Pasang nos dice que no nos preocupemos, que está seguro que en menos de 10 minutos, el cielo se volverá azul, algo que después comprobaremos, sucede como por arte de magia. Y es que, como nos ha explicado Pasang en varias ocasiones, en esta zona del Tíbet, al ser un altiplano, el tiempo cambia muy rápido por el viento que hay, llevándose las nubes en cuestión de minutos.

Y así nos encontramos con que a media subida, hay que tomárselo con tranquilidad ya que la subida son casi 400 escalones que van en zigzag hasta la zona del palacio, el sol aparece y nos regala una visita increíble y unas vistas excepcionales de los alrededores del Palacio Yungbulakang.


El Palacio Yungbulakang es el palacio más antiguo del Tíbet, aunque a día de hoy poco o nada se conserva de sus inicios, ya que ha sido restaurando en varias ocasiones y lo que ahora podemos ver data del 1982.
A día de hoy viven aquí 8 monjes, que vigilan la capilla, que antaño fue una fortaleza, y mantienen el Palacio Yungbulakang en perfecto estado.

Lo que más destaca en el horizonte es la torre del Palacio Yungbulakang, pese a que esta únicamente mide 10 metros de altura, pero que al estar localizada en lo alto del cerro, presenta una perspectiva de ser muchísimo más alta.
Como en el resto de lugares que hemos visitado y visitaremos en la ruta por Tíbet en coche, no están permitidas las fotografías en el interior, por lo que llegado el momento, nos olvidamos de las cámaras y disfrutamos de la visita, acompañados por Pasang, que nos va explicando cada detalle de lo que vamos viendo.

La visita la empezamos por la capilla de la planta baja, donde podemos ver una increíble estatua de Buda. En la planta superior también visitamos una capilla en la que vemos una imagen de Chenresig, que nos recuerda muchísimo a la que pudimos ver en el Palacio del Potala días atrás.
Después de la visita, nos dirigimos a la parte trasera del Palacio Yungbulakang, desde donde tenemos una perspectiva increíble, tanto del palacio como de los alrededores, que tenemos que decir, nos deja totalmente asombrados por su increíble belleza.

Después de una de las visitas más increíbles que hemos hecho hasta el momento y es que pese a que en Lhasa prácticamente no hay turismo, comparado con esto, había muchísimo y es que aquí y a partir de ahora en la ruta por Tíbet en coche, nos cruzaremos con tan pocos turistas que podríamos contarlos con los dedos de una mano, y con pocas ganas de despedirnos, le pedimos a Pasang algunos minutos para acabar de disfrutar del lugar, para después empezar el descenso de nuevo hasta el parking, donde nos espera Tre.

Después de casi dos horas de visita y antes de volver a Tsedang, paramos antes en el Monasterio de Tashi Chöeden, donde seguimos el kora, rodeando el monasterio en el sentido de las agujas del reloj, disfrutando de unas vistas únicas.


Son casi las 6 de la tarde cuando volvemos al Tsedang Hotel, para descansar un rato y recuperar energías después del inicio de esta ruta por Tíbet en coche.
Nuestra idea inicial es cenar en el hotel, ya que es un complejo inmenso que está catalogado como un hotel de cuatro estrellas, con tres restaurantes dentro. Pero cuando bajamos a mirar las cartas de los tres restaurantes nos dicen o nos intentan decir, ya que nadie habla inglés, que únicamente hay un restaurante abierto, que no es ni siquiera un restaurante sino la zona donde se sirve el desayuno, que está justo en medio de un pasillo, y que de toda una carta únicamente nos pueden servir dos platos, que tampoco podemos reconocer.
Así que viendo el plan, salimos del hotel y decidimos ir al pequeño local donde hemos ido a mediodía a intentar pedirle al chico un tipo de pan con carne, que es una especie de hamburguesa por decirlo alguna manera, que Pasang nos ha recomendado esta mañana. Ante nuestra petición y la afirmación del chico, pensamos que podremos cenar lo que pedimos, pero nada más alejado de la realidad, ya que acaban por servirnos un par de bols de una especie de tallarines, que tenemos que decir están bastante buenos, pero pican muchísimo por 30RMB, por lo que yo prácticamente no los puedo ni probar, quedándome con las ganas de ese bollito con carne que nos había recomendado Pasang.
Y así, damos por concluida la jornada, volviendo al hotel para descansar y mañana, seguir con esta increíble ruta por Tíbet en coche.
Recuerda que cualquier viajero extranjero que quiera viajar al Tíbet debe hacerlo a través de una agencia (ES IMPOSIBLE VIAJAR AL TÍBET POR LIBRE), ya sea agregándose a un grupo o de forma privada y tener, antes de entrar en Tíbet, una ruta fija, que la agencia habrá presentado y deberá estar aprobada por las autoridades chinas.
Para obtener el visado y todos los permisos, es necesario que este itinerario esté aprobado por las autoridades. Además no es posible modificar el itinerario sobre la marcha, algo muy importante a tener en cuenta, ya que te obligará a tener claro qué quieres visitar desde el primer momento, ya que en base a eso, la agencia gestionará los permisos.
En nuestro caso hemos viajado con The China Guide, quien nos gestionó todos los permisos después de diseñar juntos un itinerario personalizado, con guía en español y que nos ha llevado a disfrutar como nunca hubiésemos imaginado de este lugar tan mágico.
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