Herculano y Pompeya en un día

Día 2 : Nápoles – Herculano – Pompeya – Nápoles

Viernes, 11 de septiembre del 2015

Suena el despertador a las 8 de la mañana. Ya os podéis imaginar nuestra cara después de dormir únicamente 4 horas después de ir ayer de Roma Fiumicino a Nápoles, pero no hay nada como levantarse sabiendo que hoy nos vamos a Herculano y Pompeya en un día y con eso y una ducha, a las 9 de la mañana, después de unas 4 horas de descanso, estamos en la terraza del UNA Hotel Napoli, disfrutando no sólo de un desayuno impresionante, si no que también tenemos unas vistas, si cabe, mejores de Nápoles.

Pocos minutos antes de las 10 de la mañana salimos de nuestro hotel en Nápoles y nos vamos hasta la Stazione Circumvesuviana, la estación desde la que iremos a Herculano y Pompeya en tren, a pocos metros del hotel y en dirección suroeste de la Stazione Centrale.

Esta estación comunica Nápoles con Herculano y Pompeya y también con Sorrento, en la Costa Amalfitana.
Otra opción más cómoda es reservar un tour en bus para visitar Pompeya con guía en español o reservar esta oferta que incluye la visita al Vesubio, en las dos os recogerán en vuestro hotel.
En caso de querer ir por libre, como hemos hecho nosotros, es recomendable reservar la entrada a Pompeya y la entrada a Herculano por anticipado para saltarte las colas.
Si prefieres conocer mejor la historia de Pompeya y todos los puntos clave del yacimiento, es muy interesante reservar este tour de 2 horas para grupos reducidos dirigido por un arqueólogo en español o este tour que incluye la entrada y el tren desde Nápoles.

El recorrido lo hacemos disfrutando de unas vistas totalmente diferentes de Nápoles a las que tuvimos ayer y también totalmente distintas a las que nos imaginábamos cuando preparamos este viaje a Nápoles y Pompeya.
Una visión de un tráfico un tanto caótico, una ciudad un tanto sucia y descuidada, aunque no os vamos a mentir si decimos que nos encanta.
Llegamos a Stazione Circumvesuviana en menos de 5 minutos y por 2 euros por persona compramos el ticket que nos llevará a las 10:09 de la mañana hasta Herculano, la que será nuestra primera parada del día.
El tren es bastante antiguo, pero a estas horas ya va lleno de turistas, algo que nos recuerda que hemos acertado tomando la decisión de visitar primero Herculano, según dicen mucho mejor conservada que Pompeya y lo más importante, mucho menos visitada, por lo que así podremos aprovechar a disfrutar de este enclave lo suficientemente solos como para «vivirla» un poco más y por la tarde, en Pompeya, evitar los grupos de turistas y cruceros que nos han dicho saturan a primera hora de la mañana la ciudad de Pompeya.
La segunda parada del tren es en Napoli Garibaldi, estación mucho mas céntrica, pero al mismo tiempo mucho más concurrida, por lo que os podéis imaginar que un tren que va hacia Herculano y Pompeya, en el que prácticamente estábamos solos hace unos minutos, hemos acabado estando como sardinas en lata.

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Llegamos a Herculano en poco menos de 20 minutos y una vez en el andén no hay más que seguir a la gente, calle abajo para encontrarnos, frente al mar, la entrada a Herculano.
Lo primero que encontramos, antes de incluso pasar por las taquillas, es una especie de pasarela en la parte alta, desde donde se tiene una perspectiva increíble de la ciudad, con el Vesubio al fondo.

Después de pasar por las taquillas donde compramos una entrada combinada de Herculano más Pompeya por 22 euros por persona, si sacas la entrada de Herculano únicamente el precio es de 11 euros, nos disponemos a entrar en una de las localizaciones que más ganas teníamos de conocer en Italia.

Como comentamos anteriormente, si vienes por libre, tienes la opción de reservar la entrada a Pompeya y la entrada a Herculano por anticipado para saltarte las colas.

A medida que vamos avanzando por la rampa de entrada, agradecemos que no hace demasiada calor, al revés, una brisa nos acompaña durante buena parte del camino. Viendo como es el terreno, sin una sombra en la que cobijarse, ahora entendemos el porque mucha gente dice que visitar tanto Herculano como Pompeya en un día es horroroso en los meses de más calor.
Por fin entramos en Herculano a las 11 de la mañana, encontrándonos frente a frente con esa ciudad que, como Pompeya, sufrió la explosión del volcán Vesubio en el año 79.

Ante este hecho, todos los ciudadanos intentaron huir sin éxito, quedando todo sepultado bajo las cenizas arrojadas por el Vesubio, que al igual que provocaron la gran tragedia, conservaron la ciudad, incluidas casas, termas e incluso tabernas, casi intacta durante siglos.

En Herculano podemos encontrar casas en las que se conservan las dos plantas de las mismas, mosaicos e incluso impresionantes frescos que adornaban las mismas.

En la zona más cercana al mar, están las casas más grandes y lujosas, entre las que se encuentra la Villa de los Papiros.
Os recomendamos que en la entrada, justo donde se compran los tickets, cojáis tanto el mapa como un pequeño libro donde se dan las explicaciones de los puntos más importantes de Herculano, que se indican también con número en las fachadas de las casas o en las calles.

Esta es una de las mejores formas de recorrer la ciudad si no queréis coger audioguía o contratar uno de los muchos guías que podéis encontrar en la misma puerta.

Una vez finalizada la visita de la parte más importante de la ciudad de Herculano, llegamos a la parte baja, donde nos encontramos con algunos de los esqueletos que se encontraron y que se cree fueron de los habitantes que se resguardaron allí de las cenizas del Vesubio.

Salimos de Herculano a las 12:45 del mediodía, con la sensación de no habernos equivocado en absoluto decidiendo venir hasta aquí, pese a que habíamos leído gente que decía que si veías Pompeya, no hacia falta venir a Herculano. Según nuestra experiencia, no podemos más que recomendar que si tenéis tiempo, visitéis las dos ciudades.
Después de una visita muy completa pero también un tanto rápida, ya que contando que ahora tenemos que ir a Pompeya y hacer la visita, no podíamos entretenernos demasiado.
Volvemos a la estación de Herculano donde ahora sacamos un par de tickets a Pompeya por 1,80 por persona. Accedemos a la vía 2, desde donde salen los trenes dirección Pompeya y Sorrento y en unos 15 minutos nos plantamos en la estación Scavi Pompei, la que hay que tomar como referencia para visitar las ruinas. Cuidado no os equivoquéis.
Son las 13:20 del mediodía, así que antes de plantearnos entrar a las ruinas de Pompeya, nos paramos en uno de los chiringuitos/restaurantes que hay justo enfrente de la entrada, acabando en el último, después de revisarlos todos, donde pedimos un par de panninis, agua y una bebida especial de la casa, que es zumo de naranja y limón, más dos expressos por 24 euros. La verdad es que en términos generales no hemos comido nada mal, pero hemos esperado bastante a que nos sirviesen, como unos 40 minutos y la limpieza de las mesas es bastante escueta, así que por nuestra parte no queda demasiado recomendado.

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Con esto ya cargamos energías para seguir el día y pocos minutos después de las 2:30 de la tarde estamos entrando en uno de los sitios que ver antes de morir.
Después de dudar entre entrar por una u otra puerta, habíamos leído varias recomendaciones de hacerlo por la puerta sur en caso de ir por la mañana para evitar así los cruceristas, nosotros entramos por la Porta Marina, encontrándonos primeramente con el Templo de Apolo y la Basílica.

Como comentábamos anteriormente de Herculano, Pompeya sufrió en el año 79 la explosión del Vesubio, quedando también sepultada bajo sus cenizas, con un estado de conservación inmejorable.
Os tenemos que decir que las ruinas de Pompeya son lo suficientemente extensas como para dedicarles un día completo, aunque si la idea es visitar Herculano por la mañana, tal y como hemos hecho nosotros, podéis recorrerla y conocer los lugares más interesantes, como varios templos, el increíble foro, las termas y algunas de las casas más nobles del complejo.

Una opción interesante para conocer toda la historia de Pompeya mientras haces la visita es reservar esta visita con guía en español o alquilar una audioguía y aunque aquí no dan libreto, como en Herculano, sí que facilitan un mapa con el que se puede seguir muy bien la visita si se acompaña de alguna guía, como por ejemplo la Lonely Planet de Nápoles, Pompeya y la Costa Amalfitana.

A parte de las varias cantinas que podemos encontrar, los hornos o diferentes tiendas, uno de los edificios más curiosos de Pompeya en el prostíbulo, donde se pueden ver incluso las camas de piedra que se utilizaban.
Otra de las cosas que no os podéis perder son los pasos creados en las calles para poder cruzar estas sin mancharse, ya que normalmente las calles de la ciudad estaban inundadas.

Una de las zonas más visitadas y fotografiadas es el Foro, lugar donde se hace la típica foto de Pompeya con el Vesubio de fondo y que lógicamente nosotros, no dejamos tampoco de hacer, pese a que tuvimos que esperar un buen rato para poder hacerla sin mucha gente alrededor.

Una vez visitado el Foro, si pasáis por la parte izquierda, encontraréis el granero, donde podréis ver a través de unas rejas gran cantidad de restos que se han encontrado en las excavaciones de Pompeya, incluidos algunos de los cuerpos que fueron sepultados por las cenizas y el famoso cuerpo del perro.

Desde aquí seguimos nuestra visita, esta vez sin tener demasiado en cuenta el mapa, algo que os recomendamos que hagáis una vez que ya hayáis visitado las zonas más importantes, para poder disfrutar de Pompeya sin más, recorriendo sus calles y adentrándonos en muchas de sus casas que se conservan como si el tiempo se hubiese detenido en el momento en el que el Vesubio hizo explosión.

Son las 17:30 de la tarde cuando paramos a tomar un par de helados por 7,50 euros en la cafetería-pizzería que hay en medio de las ruinas, que aunque realmente es un puñetazo a la historia, salva a más de uno en los momentos de calor, ya que no hay ningún otro lugar en las ruinas donde poder comprar algo fresco. Eso sí, queremos recalcar que en varios puntos de las ruinas podéis encontrar fuentes con agua potable, que van genial para ir rellenando las botellas.

Después de este pequeño «kitkat» nos vamos hacía la zona más alejada de las ruinas de Pompeya, el Anfiteatro, y uno de los lugares que más ganas tenemos de conocer, no sólo por lo que representa este lugar para la ciudad, si no por lo que podemos encontrar en esta época: una exposición de varios de los cuerpos que se encontraron sepultados bajo las cenizas del Vesubio.

Después de esta visita, nos vamos hacia la Puerta de Herculano, en la parte opuesta a la Porta Marina por la que entramos este mediodía, pasando antes por una de las villas más impresionantes, y muchas veces menos visitada por estar más alejada, de Pompeya: la Villa de los Misterios.

Estando ya en esta zona de Pompeya, decidimos que lo mejor es salir a través de la Puerta de Herculano, rodeando Pompeya por la parte de fuera, en lugar de volver a la estación de tren a través de las ruinas. El camino es agradable, de unos 600 metros que se hacen a través de una zona residencial de la ciudad.

Una vez en la estación pagamos 2,60 por persona por el billete de Pompeya Scavi a Napoli, sobretodo acordaos de validarlo justo al lado de las taquillas, ya que si no lo hacéis y pasa el revisor os podéis llevar la sorpresa de una multa, y nos vamos directos al andén 2, desde donde a las 18:30 nuestro tren de Pompeya a Nápoles.
Llegamos a la Stazione Circumvesuviana a las 7 de la tarde y aprovechamos para pasar por el Una Hotel para darnos una ducha rápida, los pies en Pompeya se ponen como qué de arena y también cargar las baterías de los móviles que estos días, utilizando el GPS lo agotamos mucho más rápido y a las 19:45 salimos directos hacia la Pizzería da Michele, ubicada a solo 400 metros del hotel y una de las más famosas de Napoli, no solo por sus pizzas, si no también porque aquí se rodó una de las escenas de Come Reza Ama de Julia Roberts.

Cuando llegas tienes que pedir turno y te dan un papelito con un número que gritan en la puerta cuando llega el momento en el que está listo tu sitio.
Únicamente puedes elegir entre pizza margarita o pizza marinara , así que la elección es fácil y rápida. Pedimos una de cada y dos refrescos, que sirven en vaso de plástico y después de más de 45 minutos esperando, probamos una de las mejores pizzas del mundo por 14 euros más 3 de propina que dejamos cuando nos dice el camarero que las propinas no están incluidas en la cuenta que nos acaba de traer.

Tenemos que decir que como experiencia es más que recomendable, ya que es uno de los sitios con más historia de Nápoles, pero realmente entre la cola fuera del local y la espera al servicio, al final la recomendación es un poco subjetiva, sin contar el detalle de que el camarero prácticamente te obliga a dejar propina si eres turista, algo que sinceramente nos gusta bastante poco.
Son casi las 10 de la noche cuando salimos de la Pizzería da Michele y dando un paseo por las calles de Nápoles volvemos a nuestro alojamiento, el UNA Hotel Napoli, donde nos espera una mullida cama que nos acogerá las próximas horas para recuperarnos de un día de lo más completo disfrutando y descubriendo Herculano y Pompeya en un día.

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